La sirvienta volvió a aparecer con otra bandeja al día siguiente, nada más ponerse el sol. Chaewon había dormido agradablemente hasta bien entrada la tarde, a pesar del caos y de los acontecimientos del día anterior. Se sentía renovada y hambrienta, y seguía comiendo aún cuando Hyejoo entró.
Ella se sentó frente a ella y la observó. Aquella noche Chaewon se sentía más fuerte, no tan vulnerable. Siguió comiendo sin apresurarse, tomándose su tiempo. Hyejoo podía esperar. Cuando terminó, dejó el tenedor y el cuchillo, se limpió la boca y se reclinó en el asiento.
Los minutos pasaron. Ninguna de las dos habló. Ella se sirvió un té en una taza de porcelana china azul y blanca, y dio un sorbo. Los minutos siguieron transcurriendo. Chaewon se sentía observada, era como si ella la estuviera analizando con un microscopio, como si la examinara de cerca. Sin duda buscándole defectos.
—He decidido que te quedes aquí hasta que nazca el niño. Después te irás, pero el niño se quedará.
Chaewon dejó la taza y el plato en la mesa.
—No quiero tener al niño. Te lo he dicho, quiero abortar.
—Lo que tú quieras es irrelevante.
—¿Otro ultimátum? O lo hacemos a tu modo, o me matas, ¿no es eso?
—Sí, a mi modo.
—¿No te cansas de controlar el universo? Debe ser tedioso tener que hacer siempre el papel de Satán.
Se sentía valiente. No estaba dispuesta a soportar sus chorradas abusivas—Ese es el trato. Te quedas, tienes al niño y te vas. Eso es todo.
—¿Y qué saco yo de ese trato?
—Tu vida.
—Quizá eso ya no sea suficiente para mí.
—No recuerdo haberte dado a elegir.
—Me escaparé. O abortaré.
—Intenta una de las dos, y te encadenaré a esa cama durante ocho meses.
Chaewon se quedó callada. Hyejoo la había puesto entre la espada y la pared, y las dos
lo sabían.—¿Por qué quieres a ese niño? Ni siquiera crees que sea tuyo. ¿Quieres beberte
su sangre?—Eres una estúpida. Me sorprende que aún no hayas provocado a nadie lo suficiente como para que te mate.
—Siempre amenazando...¿por qué? Tienes poder; tanto físicamente como en los demás sentidos. Pero te comportas como una niña con un martillo de juguete: tienes que machacarlo todo a tu alrededor.
Hyejoo se puso en pie y se acercó a la ventana. Le daba la espalda. Recogió la cortina a un lado para mirar fuera.
—Puedes hacerlo por las buenas o por las malas, a mí me da igual—dijo ella, añadiendo mientras se daba la vuelta—Pero lo harás, eso te lo garantizo.
Chaewon se mordió el labio inferior, preguntándose adonde quería llegar a parar. Entonces, como si le leyera el pensamiento, ella explicó:
—Por las buenas el plan es el siguiente: te quedas aquí, te comportas de un
modo civilizado, te cuidas, siempre dispuesta para mí como la otra vez, y dentro de ocho meses tienes al niño. Al día siguiente te vas.—¿Y por las malas?
—Lo mismo, excepto porque yo uso la fuerza. Y eso no te va a gustar.
Hyejoo caminó hacia la puerta y la abrió. Luego añadió:
—Piénsalo. Y hazte un favor.
Acto seguido se marchó.
Minutos después Chaewon intentó forzar la puerta. Estaba cerrada.
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Descendiente de la oscuridad | Hyewon
FanficHay una mujer, la veo. La muerte sonríe tras su rostro, me seduce con vino. Encarna mis más ocultos deseos. Ciega, seguiría viendo tus llamas. Hay una mujer, la veo. La muerte se esconde tras su sombrero, me seduce con sonrisas. Y mi corazón es su...