12. Show de Modas

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Pov Calle.

Ayer me dormí con una sonrisa en el rostro al recordar todo lo que había pasado en el paintball. Mi emoción apenas era contenida por mi almohada en la cual enterraba mi cara al pensar en la pequeña que me tenía así.

Hoy, nadie me podía quitar el buen humor que cargaba.

— Oye, oye ¿Y esa sonrisa? — me preguntó Juancho maliciosamente al acercarse a mi lado.

— ¿Cuál sonrisa? — le pregunté al tratar de ocultar mi felicidad.

— Naaa, no te hagas que te vi —dijo sonriendo y notó mi libro — ¿"La selección"? ¿Estás leyendo un libro de fútbol? Eso es nuevo.

— No es de fútbol. Es una novela romántica juvenil — expliqué al guardar el libro en mi mochila y me levanté para entrar al colegio —Y no pasa nada, no sé de qué hablas.

— Ay, Callesita ¿Cuándo vas a entender que ya sabemos cuándo mientes? —me regañó — Solo dime que no quieres hablar y ya.

Suspiré al pensarla y una sonrisa se empezó a formar en mi rostro. No podía dejar de pensar en ella.

— Aaaaaay, no jodas. Ese suspiro tiene nombre y apellido — molestó al empujarme un poco.

— Tal vez — dije despreocupada por fuera, pero a mil por dentro.

— A ver, cuenta ¿conozco a esta persona?

— Esto no es una trivia, Juancho.

— ¡Perfecto! Entonces ya no tendré que preguntar porque me dirás de una vez — dijo inocentemente haciéndome bufar.

— Sí, claro. ¿Te paso unos millones a tu cuenta de paso? — pregunté sarcásticamente.

— Si tú quieres. Yo solo quiero respuestas. Anota, mi cuenta es 151 098--

— Juancho...

— ¿Qué? Tu empezaste — me tomó del brazo y detuvo mi paso — Ya, en serio, Dani. Si quieres hablar aquí estoy y si no, pues también. Me gusta verte feliz, y sin importar cuál o quién es la razón, siempre voy a amar verte así.

Juancho es un lindo. Lo miré enternecida e hice un puchero.

— Gracias, Juancho. No te imaginas cuán agradecida estoy de tenerte en mi vida. Sabes que te amo, pero no está de más volverlo a decir: te amo, mi amigo — dije y sonreí.

— Marica, está muy temprano para llorar. No seas cursi, Dani — dijo auto ventilándose.

Me reí de su dramatismo, y me dio un abrazo al cual correspondí antes de seguir nuestro paso hacia los salones correspondientes.

— Entonces... ¿Le vas a contar a tu querido amigo? — me preguntó y reí por lo bajo.

— Sí — dije y se emocionó — Pero no aún. Tenme paciencia ¿De acuerdo?

Asintió rápido.

— Lo que sea mejor para ti, mi Dani — dijo cuando llegamos a mi salón.

— Gracias. Nos vemos en el almuerzo.

— Ya quiero que me cuentes quién te roba esos suspiros — dijo y suspiró dramáticamente — Bueno, nos vemos, Callesita.

Dijo eso y salió casi corriendo para su salón. Entré al mío y me senté al final cuando la campana sonó indicando que faltaban cinco minutos para el inicio de la clase. Saqué mi libro y seguí leyendo hasta que la maestra llegó y nos pidió su atención. Traté, en serio que traté de prestar atención lo más que pude las siguientes dos horas, pero mi mente siempre viajaba a la tarde de ayer en la que dejé mis nervios atrás cuando decidí coquetearle de frente y fui correspondida. No se quejó, no me pidió alejarme y eso me indicaba que también tenía interés en mí. Me sentía tan feliz por eso. Cambiamos de clase, pasaron otras dos horas y mi sonrisa seguía presente al igual que ella en mi mente.

Sin Querer - Fanfic CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora