Sin Querer - Fanfic Caché

29. Te Quiero

Pov Calle

Detesto esta sensación asquerosa. Tenía años de no tomar de la forma en que seguro lo hice para sentirme así de mal. Me dolía la cabeza, el cuerpo y el pecho al recibir recuerdos de lo que pasó anoche. No había abierto los ojos, pero aun así el mundo ya daba vueltas. Sentía asco en mi paladar, y mi estómago se revolvía un poco. Me moví en el sofá tratando de estirarme con las pocas fuerzas que tenía. Había sido una semana de mierda, pero ayer fue el límite en el que ya no pude soportar más, y luego de venirme a escondidas de mis papás de regreso a la ciudad, traté de refugiarme en el estúpido alcohol que no hace nada más que anestesiarme casi por completo porque el malestar en mi ser, aún seguía presente. Quería llorar de nuevo, pero no tenía ni las fuerzas para hacer esa acción involuntaria. Bostecé, y luego suspiré cansada. No recuerdo cómo carajos llegué aquí luego de subir a la azotea y sacar el whisky de mi compartimento. De seguro Dwayne subió a ayudarme porque dudo que haya podido caminar por cómo me siento en este momento, no solo físicamente, sino por todo lo que estoy sintiendo en mi corazón. Me quejé con algunos ruidos, y me senté sintiéndome completamente mareada. Me quité el abrigo que llevaba y lo tiré por algún lado antes de recostar todo mi cuerpo en el respaldar del sofá, y tomé unas cuantas respiraciones profundas.

— Mierda — murmuré.

Suspiré lentamente, y abrí mis ojos de la misma forma. Era increíble ese vacío que sentía. No sé cómo fui capaz de entregarme a ella incluso cuando no éramos nada. Cuando no estaba segura de si podía tener algo luego que me confesara sus miedos. Me dolía mucho porque estaba perdidamente enamorada, y no sabía qué hacer por ella. ¿Debía luchar? ¿Dejarla en paz? ¿Ir a su casa de nuevo? Me sentía confundida con lo que quería hacer, pero claramente no iba a hacer nada en este estado, ni tan siquiera podía llorar.

— Despertaste — dijo una voz a mis espaldas asustándome.

Giré lentamente mi cabeza y la vi sentarse al otro extremo del sofá con su carita tierna, y una sonrisa tímida. La observé detenidamente por varios segundos ya que la imagen parecía parte de mi imaginación ¿Era real? ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Cómo accedió a mi apartamento? ¿Por qué estaba aquí como si nada?

— ¿Tanto alcohol tomé que hasta estoy alucinando contigo? — le pregunté en voz baja al tener el ceño fruncido.

— Estoy aquí de verdad — dijo como con miedo.

— No lo creo.

Acercó lentamente uno de sus dedos a mi pierna, y la tocó con suavidad un segundo para regresar a su lugar.

— ¿Sentiste eso? Estoy aquí — dijo sonriendo nerviosa.

Estoy más confundida ¿lo que pasó anoche fue real? ¿Lo había soñado todo? No. Tomé alcohol para olvidar lo que me dijo porque sus palabras seguían en mi mente, y aunque eso no iba a solucionar nada, debía intentarlo. Parpadeé muchas veces para tratar de ubicarme, y entender todo porque nada parecía tener sentido al tenerla aquí a mi lado. Me levanté lentamente y suspiré ante el mareo. Caminé hacia la cocina al apoyarme en cualquier cosa y me senté en uno de los bancos de la isla al tratar de pensar claro en lo que pasaba.

— Toma, aquí tienes una pastilla y el jugo que me diste la vez pasada — dijo al rodear la isla al frente mío, y me extendió el vaso a lo que la miré extrañada — Le pedí la receta a Juancho. Espero no te moleste.

Me quedé viendo el vaso y la pastilla al frente mío. Realmente me sentía muy confundida. ¿Qué diablos hace aquí?

— ¿Qué haces aquí? — pregunté finalmente, y suspiró.

— Dani... perdóname por todo lo que pasó anoche, por todas mis palabras, y mi estúpida insensibilidad contigo durante toda esta semana — dijo apenada.