Sin Querer - Fanfic Caché

1. El Inicio del Fin

Pov Poché

Aunque tengo tiempo para seguir mañana, no quiero, no me lo permito, pues ya he aprendido que el mañana no existe, y que el ahora es lo que importa.

"Aún te queda mucho tiempo para hacer de ti lo que de verdad quieres ser. Aún quedan un montón de cosas buenas en el mundo..."

— ¡Poché!

Casi se me cae el celular en la cara del susto, pero lo logré detener. Sentí cómo mi papá quitó mi sábana de la cara, y encendió la luz de mi cuarto a los segundos.

— ¡NO, PAPÁ!, ¡LA LUZ! — grité un tanto aturdida.

— Te he dicho que no te quedes leyendo a estas horas ¿Tú crees que eso es bueno para ti? — habló con un tono enojado.

Restregué mis ojos y vi la hora en mi celular. 12:11 a.m. Él no entiende de estos libros que te atrapan y que son imposibles parar de leer, pero asentí y suspiré.

— Papá, ya me falta muy poco, ya casi lo dejo — le dije casi suplicando.

— Lo dejas ya. Te vas a arruinar los ojos, y mañana regresas a clases. Tienes que estar descansada — dijo arreglando su saco.

— Ya voy, ya voy. Es lo último que leo y ya — dije al notar que estaba totalmente listo para salir — ¿A dónde vas?

— Tengo que ir a Washington. Me llamaron de emergencia para resolver unos asuntos — explicó.

— O sea que no vas a estar toda esta semana con nosotras — dije triste.

— No, mi amor. Lo siento. Sé que se los prometí, pero esto se debe resolver ya — dijo un poco apurado.

— De acuerdo. Cuídate, y nos vemos pronto — le dije cuando me abrazó.

— Tú también cuídate. Pásenla bien con Vale, suerte en el colegio y deja tu celular ya. Te amo — dijo viéndome feo.

— Voy a terminar este libro, y ya — dije sonriendo.

Rodó los ojos, y salió de mi habitación murmurando unas cuantas palabras.

— Me quitas energías cuando haces estas cosas — dijo cansado.

— Lo siento y ¡Yo también te amo! — alcé mi voz y me tapé la boca de inmediato para no despertar a mi hermana.

No pude evitar reírme. Cada noche de estas últimas dos semanas me quedaba leyendo en mi celular hasta altas horas de la madrugada. La mayoría del tiempo lograba calcular el momento en el que papá despertaba en medio de la noche para rondar por mi cuarto y el de mi hermana menor, Valentina, para asegurarse que ambas estuviéramos descansando. Me hacía la dormida cada vez que se acercaba a mi habitación, y logré tener éxito la mayoría de veces. Obviamente hoy fallé, pero papá tenía razón. Tenía que descansar para regresar al colegio en unas cuantas horas. Por esta vez le iba a hacer caso. Dejé el celular de lado luego de poner la alarma, y me dispuse a dormir. Voy a terminar de leer luego.

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5:59 a.m.

Apagué la alarma. Faltaban 16 minutos para que sonara, pero no la necesitaba, ya estaba despierta. De hecho, no pude dormir en toda la noche al pensar en que hoy empieza el final de todo. El final de la preparatoria.

Tengo que admitir que no me encuentro feliz, tampoco triste, sino ¿con miedo? ¿Luego de esta etapa qué? ¿Se supone que debo elegir una carrera que definirá mi futuro a esta edad? ¿Qué es lo que verdaderamente me apasiona? ¿Lo que me hace feliz me dará de comer? ¿Viviré lo suficiente para convertirme en profesional? ¿y si no paso el examen de admisión de la universidad?