Sin Querer - Fanfic Caché

60. Cumpleaños

Pov Calle

— ¡Vamos! ¡En tu cara, Campos! — gritó Poché eufóricamente.

— Celebra lo que quieras en esta ronda, niñita. Espérate en la siguiente — le contestó Nath enojada mientras Laura, Mariana, y yo celebrábamos el tiro de mi novia.

— ¡Eso, chiquita! — la felicité y le dio los cinco a todas hasta que se sentó en mis piernas sonriendo.

— Ganamos — dijo Mariana de forma burlona.

— La primera ronda. Vamos con la segunda — le dijo Alejo también enojado al preparar la pantalla para iniciar de nuevo.

— Son unas tramposas — nos dijo Manuela.

— ¿Cómo putas haces trampa en los bolos? No jodas — le dijo Laura agresivamente.

— Todos los tiros de Calle fueron chuza. Tienen a la mejor jugadora, y eso es desventaja — nos dijo Sebastián.

— ¿Y yo qué culpa ser tan buena? — dije con altivez.

— Cúlpense a ustedes por ser tan malos — dijo Poché sonriendo burlona.

— Cállate — dijeron fastidiados mientras nosotras reíamos.

— Eres malo — le dijo Johann a Juancho mientras llegaban a nuestro lado con Vale — ¡Hola, gente!

— Hola — saludamos todos.

— Hola, Pulga — le dijo Poché mientras Vale nos abrazaba, y reímos por la posición en la que estábamos.

— Marica, me encanta ver la cara de la gente cuando les dicen que no pueden entrar — nos dijo Juancho riéndose.

— ¿Hay bastantes personas afuera? — le preguntó Juliana.

— Unas cuántas. Se quejaron un montón cuando nos vieron entrar a nosotros — contó Vale.

— Es que alquilar todo el lugar es exagerado. Daniela no escatima para nada en gastos — dijo Johann.

— Es por nuestra comodidad — dije viendo a mi novia con una sonrisa, y me devolvió el gesto — Además, apenas empieza su celebración de cumpleaños. Obvio que no voy a escatimar en gastos.

— Y eso que ni es el día aún — señaló Nath.

— ¡Segunda ronda lista! ¡A jugar! — gritó Sebastián aplaudiendo.

Poché y yo no jugamos esta ronda para ver a los chicos pelear, y celebrar por los tiros que hacían. Nos estábamos divirtiendo mucho, y mi novia se veía muy feliz a pesar de todas las cosas que habían pasado a inicios de la semana.

— Juancho es un asco — dijo ella riendo mientras me daba de comer pizza.

— Para los bolos siempre lo ha sido — dije luego de tragar, y me dio de beber — Gracias, cosita.

— Gracias a ti — dijo enredando ambos brazos en mi cuello — La estoy pasando increíble.

— Me encanta verte así de feliz — dije, y busqué sus labios que me recibieron con un poco de intensidad.

Desde el martes que hablamos dejó su tristeza de lado y se veía más segura de sí misma. La forma en cómo actuaba conmigo en frente de nuestros amigos, incluso con el personal del boliche en nuestra presencia, era diferente también. Dio un paso mucho más grande de lo que creí al decidir terminar su relación con Juan Carlos poco a poco. La entendía, pero me daba pesar que todo sucediera de esta forma porque él siempre había sido más que comprensivo conmigo en situaciones muy complicadas. Ojalá no estuvieran pasando, así las cosas. Lo único bueno de esto es que Poché se estaba sintiendo más libre, más segura, y amaba serlo con ella.