99. Azotes

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Pov Calle

— ¡Calle! ¡No sea una floja y levántese!

Gruñí antes de levantar mi cuerpo adolorido y poner las manos nuevamente en posición para seguir con las lagartijas que el coronel Dawson nos impuso en esta puta noche en la que parecía que el cielo se caía. Hice lo más que pude para hacer un par más, pero volví a caer en el lodo al sentirme tan débil para hacer lo que sea.

¡Alto! — gritó él coronel en su megáfono.

Todos se levantaron para ordenarse en sus posiciones incluida yo que me tardé más de lo normal. Mi cuerpo estaba temblando del ejercicio físico cuando el coronel se plantó al frente mío.

Cadete Calle, parece que hay un problema con usted — me dijo.

No parece, lo hay — dije entre dientes con odio.

No le he dado permiso para hablar ¿Acaso nunca vas a entender? — alzó su voz a centímetros de mi rostro.

¿Es pregunta retórica o--?

¡Basta! Haga otras veinte lagartijas — me ordenó.

Tragué saliva, apreté mi mandíbula y suspiré antes de dar un paso al frente para agacharme con lentitud y colocarme en posición para empezar.

Cuenta en voz alta — me pidió.

Uno — dije al hacer la lagartija con dificultad — Dos... Tres...

Hice nueve hasta que ya no pude más y dejé caer mi peso en el lodo otra vez. Me sentía impotente, con rabia y mucho odio que necesitaba dejar salir con el idiota que tenía al lado.

¡No ha terminado! ¡Continúe! — me gritó.

¿Cómo voy a seguir después de un día encerrada y sin comer? Es obvio que estoy débil — alcé mi voz y levanté mi vista para verlo.

Usted se lo busca — me dijo y se agachó para estar cara a cara — Y al parecer sigue en busca de más castigos.

¿Todo por dar mi opinión? — le pregunté con altivez.

¡Todo por hablar cuando nadie se lo ha pedido! — alzó su voz demasiado cerca de mí — Levántese.

Me levanté nuevamente ante la intensa lluvia que golpeaba mi cuerpo y el coronel volvió a hablar a pocos centímetros de mi rostro.

Cállate si no quieres que te castigue una vez más esta semana. Aprende a que aquí tu apellido no vale nada — me dijo en voz baja.

Ni aquí ni en ningún otro lugar. Al parecer yo no valgo nada — dije con cierta rabia.

La percepción de usted misma ante el mundo me importa una mierda. Solo hágame caso y siga las reglas de una puta vez.

Estoy harta de estas reglas de mierda que creó — dije y le sonreí.

Y eso que solo lleva dos meses aquí. Felicidades, cadete, va a vivir unos largos cuatro años en esta academia — dijo con falsa alegría y se puso serio — Ahora regrese a su lugar y cállese de una vez por todas.

Se dio la vuelta para avanzar e ir al inicio de la fila y yo para regresar a mi lugar.

Estúpido malparido — murmuré.

Cadete Calle, de un paso al frente — alzó su voz de inmediato y lo vi con el ceño fruncido — Aquí yo tengo la última palabra, y usted no quiere entender eso.

Sin Querer - Fanfic CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora