Sin Querer - Fanfic Caché

140. Fantasías

Pov Poché

Sonreí al ver a lo lejos a mi novia y hermana. Parecía que tenían una conversación muy amena porque hablaban con mucha euforia y reían mientras trataban de mover sus manos con las tantas bolsas que traían en ellas y a lo largo de sus brazos.

— Hola, lindas — las saludé al acercarme y tomar las bolsas de una de las manos de Dani antes de besar su mejilla.

— Hola, Pochas — me saludó Vale riendo.

— Hola, mi amor ¿Cómo te fue en tus compras? — me preguntó Dani sonriendo.

— Súper bien al igual que a ustedes por lo visto — contesté sonriendo nerviosa al sentir mariposas en mi estómago al verla tan tierna, y tomé su mano lentamente al colocarme en medio de ambas para caminar — ¿De qué hablaban?

— ¿De qué no hemos hablado? Ahorita discutíamos sobre cuál es el propósito de las rocas — me dijo Vale

Parpadeé repetidas veces en forma de sorpresa al tratar de no reír ¿En serio hablaban sobre eso?

— ¿Qué? — pregunté desconcertada.

— Le decía a Vale que el propósito de las rocas es jodernos la vida. Están ahí en medio de la calle para hacernos tropezar y hacer el ridículo en frente de todos. Son tan molestas — dijo Dani con fastidio.

— Yo creo que sí lo son, pero también sirven para golpear. Son una gran arma si te encuentras en medio del peligro. Están por casi todos lados y las puedes obtener en el segundo que tú quieras. Ese es un buen propósito — añadió mi pulga.

— ¿Tú qué crees? — me preguntó mi castaña.

Abrí mi boca para intentar contestar esa pregunta, pero en realidad no tenía ni la más mínima idea de qué putas contestar ante semejante pregunta tan random.

Tenía razón al pensar que estas dos juntas serían un caos.

— Yo... creo que las rocas no son precisamente para hacer el mal como ustedes han argumentado — dije con lentitud mientras buscaba una respuesta — Creo que sirven para crear cientos de edificaciones y de ellas se pueden extraer minerales que nos ayudan a evolucionar. No por gusto han sido usadas por más de 2.5 millones de años.

Dani tenía una expresión entre asombro y emoción mientras que Vale tenía una cara aburrida.

— Arruinas la diversión — me dijo mi hermana.

— ¡Pouch! ¡Eres una genio! ¡No lo había pensado así! — exclamó mi novia.

— Claro, si parece que estás brava con las rocas — le dije riendo.

— Es que lo estoy.

— Se tropezó hace rato con una de ellas y por eso está enojada — me explicó Vale.

— ¿Y te caíste? — le pregunté al tratar de evitar reír por el puchero de Dani.

— No, pero ahora me caen mal. Putas rocas de mierda — se quejó mi novia.

Vale rio logrando hacerme reír y así crear una cadena de risas a la que mi novia se unió con el paso de los segundos. Mientras caminábamos al estacionamiento y las escuchaba hablar, confirmé que mi novia y hermana eran las dos chicas más bobas que había conocido y que amaba con todo mi ser.

— ¿Entonces solo esta bolsa es tuya? — le pregunté a Dani quién ayudaba a guardar las diez mil bolsas de ropa en el auto de Vale — Es muy pequeña.

— Sí, chiquita ¿Te lo tengo que repetir diez veces? — me preguntó al cerrar la cajuela.

— Pulga, exageras — la regañé.