- ¡Príncipe Doyoung!
El mencionado maldecía internamente al escuchar de nueva cuenta a Johnny, no ha parado de molestarle en toda una semana, ¿acaso no entendía que no quería verlo? ¿Era tan difícil entender eso? Miro a su amigo Jaehyun, quien había salido corriendo para que Doyoung no lo alcanzará.
Jaehyun apenas se había presentado como omega, era el hijo de uno de los amigos de su padre, sabía que era el encargado de llevar a cabo los entrenamientos para lo alfas, o eso es de lo que se había enterado.
- ¿Ahora qué es lo que quieres? -Johnny ya estaba acostumbrado a escuchar aquel tono de voz, lo había tomado como una forma en la que Doyoung solamente le hablaba, pues no se dirigía a nadie más con aquel tono, y a veces eso lo ponía triste.
El omega era amable con los demás, siempre lo veía inclusive darle una sonrisa a todo el mundo, hablarles amablemente, ¿por qué a él lo trataba tan diferente? No lo entendía, y se sentia mal cada que escuchaba como de un de repente el buen humor del príncipe cambiaba tan radicalmente con su presencia.
- Traje esto para usted -Johnny extendió una flor, era un girasol, Doyoung la miró por unos instantes.
Había llevado la flor, no sabía porque Doyoung no la aceptaba en lo absoluto.
- No me gustan los girasoles.
- No es cierto-Johnny frunció levemente el ceño, se había percatado que el principe siempre era atraído por aquellas flores, las veía con esos ojos tan soñadores, y había decidido llevarle uno.
- No me conoces, no sabes absolutamente nada de mí, aleja eso de mí.
El príncipe estaba dispuesto a irse, pero el alfa de inmediato se lo impidió agarrando la mano de Doyoung, ambos habían sentido como una hermosa corriente los había recorrido en cuanto se realizo aquel toque.
- ¿Por qué me rechazas?
Esa había sido la pregunta que hizo
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El Omega que no quería a su predestinado/ Johndo
Historical Fiction- No soy tu omega deja de pensar esas cosas, no eres más que un fastido para mí, además ¡tú! No serías digno para un omega como yo. En ese momento Youngho había sentido como la opresión de su pecho se había hecho cada vez más grande, escuchar aquell...