El Omega que no quería a su predestinado/ Johndo

06

-Y dime Doyoung, ¿qué es lo que opinas?

Esa había sido la pregunta que había hecho su padre, y debía admitir que le parecía absolutamente una mala idea, el emperador le había dicho a su hijo que estaba planeando reunir a la familia Suh, con ellos para así dar a conocer el cortejo que Johnny le daría, pero para Doyoung eso era solo basura, no le gustaba nada de la propuesta de su padre.

- Prefiero que no se haga nada -el emperador se vió sorprendido.

Desde que le dijo a su hijo sobre quien era su predestinado, ha estado actuando de la peor manera todo esté tiempo, y no entendía lo que le estaba sucediendo a su hijo, ¿por qué actuaba tan errático cada que hablaban de algo que tuviera que ver con Johnny?

El emperador sabía que Johnny era un grandioso alfa, había estado escuchando y viendo como el alfa se dedicaba a estar siempre al pendiente de todo, siempre era cuidadoso y salía en defensa de su familia, sin duda alguna alguien digno de estar con su hijo, sabia que recibiría el amor más sincero, pero al parecer para Doyoung no era así.

- Hijo, ¿qué te ocurre? -el príncipe miro a su padre.

- No quiero que nos reunamos, él no es

mi predestinado.

- Le hechicera no se equivoca, Doyoung es..

- ¡No lo es! -el emperador abrió levemente la boca, miró a su hijo, estaba parado, y había azotado sus manos en la mesa, estaba molesto-. No lo es...

-Lo es, no puedes cambiar eso.

Doyoung volvió a sentarse, ahora la comida le iba saber amarga, no le gustaba discutir con su padre, pero quería dejarle claro que aquel alfa no era su predestinado, que la hechicera estaba muy equivocada con lo que dijo, ¡Seo Youngho no es su alfa!

- Papá, Suh no es mí alfa, tal vez la hechicera solo lo dijo porque quería molestar...

Su padre soltó un suspiro, estaba cansado de escuchar eso, Doyoung le había repetido muchas veces que la hechicera estaba equivocada, pero el emperador sabía que no era así, la hechicera no se equivoca, nunca lo ha hecho.

- Se hará la reunión - demandó su padre, y Doyoung dejo de masticar, tragó lo que había empezado a comer y de nueva cuenta se levanto, pero está vez para retirarse-, ¿A dónde vas? No has terminado la cena.

- Ya no tengo apetito...

Esa había sido la contestación de su hijo, y miro como se aleja para después deslizar la puerta y salir.

Doyoung caminaba cabizbajo, estaba molesto, no podía creer que prácticamente su padre lo obligue a aceptar el cortejo de un alfa como Youngho, a él no le gustaba Youngho, no le gustaba para nada, y no quería nada que ver con él, odiaba a ese alfa.

Unos pasos lo sacaron de sus pensamientos, miro enfrente, Youngho estaba allí dándole la espalda y caminando, llevaba algo en las manos, al parecer era importante.

- ¿Por qué sigues aquí? - preguntó Doyoung.

El alfa miro detrás, y dió una reverencia en forma de saludo.

- He venido a entregar esto al emperador, mi madre lo envía, no es mucho, pero es un pequeño regalo, para ustedes.

Johnny dejo que el príncipe mirara lo que llevaba en sus manos, era una bolsa, toda estaba repleta de galletas, Doyoung pensaba que seguramente eran galletas compradas, a su padre no le gustaban las galletas mal hechas y a él tampoco.

- Dámelas, se las entregaré yo mismo.

- Gracias por aceptarlas -Youngho le dedico una sonrisa tan sincera, Doyoung simplemente se quedo admirando por unos momentos aquella sonrisa, era linda, sacudió levemente su cabeza, no debía pensar en eso.

- Sí, lo que digas, ¿ya te irás?

Johnny hizo otra reverencia y se retiró.

Doyoung no entregó las galletas, las había tirado, lo que no sabía era que Youngho juntó a su madre las habían hecho, eran caseras, y hechas con amor, y Doyoung las había desechado como si no tuvieran ningún valor.