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- Me salvaste -esas fueron las palabras que habían salido de Doyoung, Youngho no comprendía lo que había sucedido, estaba confundido, ¿qué significaba? Miró hacía el suelo, cenizas negras.

Había una gran diferencia entre las cenizas que dejaba la magia hecha por fuego, y era que las cenizas eran de un color grisaceo cuando eran hechas por una hechicera de magia blanca, pero cuando eran negras, eso significaba que había sido controlada por alguna clase de magia oscura, se arrodillo en el suelo para tocar aquellas cenizas, miró hacía Dasom, se veía asustada, no podía haber sido ella.

- Rápido, tenemos que hablar de esto con el emperador, Dasom -la hechicera dió un asentimiento, Yuta la escoltó hacía el palacio en donde el emperador estaba junto a Taeyong y Taeil.

Youngho en cuanto vió que se habían ido por completo miró detrás de él, Doyoung aún se veía sorprendido, pero podía jurar que se veía tan confundido como él lo estaba, solo que por razones distintas.

- Tiene que regresar al palacio príncipe.

-¿Por qué lo hiciste? - preguntó Doyoung casi en un hilo de voz.

- Es mi deber protegerlo, príncipe.

- No debiste -Doyoung apretó sus labios-, pensé que dejarías que me atacara esa cosa.

- Príncipe, jamás dejaría que algo o alguien le haga daño.

El omega se quedo sin palabras, miró a los ojos al alfa, sabía que esas palabras habían causado tanto en su interior que era posible el poder ignorarlo, se sentía en deuda con aquel alfa.

- Youngho.

-¿Pasa algo, príncipe?

- Lo lamento...

El alfa sintió como su respiración se había cortado en el instante que había escuchado las palabras de su omega, por un momento un toque de esperanza se sintió en su pecho, pero al recordar el rechazo, fue como se había desvanecido por completo, no podía ilusionarse, ¿qué tal si solo lo decía por el hecho de haberlo salvado? Aquella disculpa podía tener muchos significados para Youngho.

- No hay nada que lamentar, príncipe.

- Claro que sí -Youngho lo miro-, me comporte como..

- Príncipe, tenemos que apresurarnos, puede que haya otro ataque, lideamos con magia, es más peligroso de lo que parece, será mejor entrar.

Doyoung asintió, pero tenía tantas cosas que decirle a Youngho, pero no podía hacerlo, y menos podía por el honorífico, ¿por qué no le dice por su nombre? Antes lo hacía.

De nuevo los recuerdos lo golpearon, pues él le había dicho que no mencionará su nombre.

Definitivamente estaba odiándose a él mismo por tantas de aquellas palabras que le había dicho a Youngho.

El Omega que no quería a su predestinado/ JohndoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora