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Ho Seok corrió desesperado por las calles vacías de la ciudad. Temía ser descubierto esta vez por los lobos de manada.

Al estar ya a tan solo una cuadra de su casa, pudo escuchar como grandes pisadas se escuchaban detrás de él. Volteo haber hacia atrás y pudo ver cómo una docena de lobos iban detrás de él.

Eso hizo que se alterada por lo que estaba sucediendo. No podía morir y dejar solo a su Omega, eso nunca se lo perdonaría.

Corría con todas sus fuerzas para no ser atrapado, pero sin duda sus piernas dolían por haber corrido tanto para evitar está situación. Ho Seok se sentía ya sin energía, pero solo quería verle de nuevo.

Respiro profundo sin dejar de correr así cerrando los ojos. Al abrirlos de nuevo, sus ojos eran verdes como la naturaleza, sin más se transformó en su parte lobuna.

En su forma lobuna corrió demasiado rápido, así sorprendiendo a los lobos de manada. Jamás se imaginaron que un lobo de ciudad pudiera correr mucho más rápido que ellos.

El lobo marrón corrió tan rápido que los lobos negros de manada lo perdieron de vista. Desesperados empezaron a correr.

*Ecos de amor*

Daniel conducía lo más rápido posible para llegar al lugar donde se encontraba Jungkook, temía que algo malo le llegará a pasar.

Al pasar por las desoladas calles de Seúl, pude ver cómo varios lobos de manada empezaban a patrullar. Eso lo puso alerta, sabía muy bien que esos lobos eran capaz de entrar a las casas de allí para buscar más personas y matarlas.

Al cabo de unos minutos llegó a la casa dónde su padrino estaba. La puerta estaba abierta, eso lo alarmó demasiado, sin esperar mucho bajo del auto de militar y entro corriendo a la casa.

Al entrar a la casa pudo ver todo el desorden provocado por los lobos de manada, sin más subió corriendo las escaleras del tercer piso donde se encontraba su padrino. Al llegar allí, pudo ver en el pasillo manchas de sangre, un miedo inmenso se instalo en su pecho al imaginar lo peor.

Camino rápido hasta la última habitación del pasillo. Al estar ya frente a la puerta no dudo más y la abrió.

Lo que se encontró allí adentro lo dejo sorprendido. Un lobo negro con las patas de blanco manchadas de sangre, se encontraba jadiante ante la pelea que minutos antes que Daniel llegará se había proclamado.

El imponente lobo volteo su cabeza y vio el cuerpo palarizado de Daniel. Sin dudar mucho el lobo se acercó a paso lento pero elegante hacía el humano, al estar frente a Daniel, se dispuso a olerlo para reconocer bien al humano.

Daniel ya había salido de su trance, pero no sé movió ni un centímetro dejando que aquel lobo lo siguiera oliendo. Al cabo de unos segundos el lobo aulló y empezó a darle lambidas feliz de ver a Daniel.

Daniel: de seguro tu eres nochu –por fin hablo Daniel al ver cómo el lobo se sentaba frente a él–

El lobo dió un asentimiento y Daniel no pudo estar más feliz, él había convivido una vez con el lobo de su padrino cuando apenas era un bebé.

Daniel: necesitamos irnos nochu, para dejar que mi padrino descanse –el lobo se paró y subió a su lobo a Daniel. Este sorprendido se agarró del cuello de nochu, sin ahorcarlo–

Sin más el lobo salió de aquella casa corriendo demasiado rápido, así sorprendido a Daniel junto a los lobos que iban detrás de él, para atraparlos, los lobos de manada no sabían muy bien de dónde provenían esos lobos veloces.

Antes de salir de la ciudad, el imponente lobo comenzó a correr a otra calle de aquella islada ciudad, dejando así confundido a Daniel. Al cabo de unos minutos llegaron a una enorme casa, Daniel bajo del lomo del lobo y sin más se acercó a la casa.

La puerta estaba rota, así que tanto Daniel como el lobo entraron a revisar aquella destrozada casa. Un gruñido bastante fuerte se escuchó desde el segundo piso, tanto el lobo como el humano voltearon a ver hacía el segundo piso.

Dónde un lobo marrón iba bajando preventivo a la presencia de ellos dos. Nochu se puso frente a Daniel y le regreso la mirada pesada al lobo marrón, que cada vez se iba acercando a ellos dos.

Unas pisadas se escucharon poco después. Tae iba bajando temeroso por si alguien trataba de hacerle daño. Pero al ver a Daniel se tranquilizó y se acercó rápidamente al lobo marrón.

Tae: hobi es el hijo de tu abuelo JiMin –soltó mientras acariciaba el pelaje marrón–

Daniel: wow –murmuro sorprendido al ver cómo el lobo marrón bajaba la guardia– Tae necesitamos irnos de aquí, antes que más lobos de manada lleguen

Tae asintió a lo dicho del mayor. El lobo marrón subió a su lomo al Omega. Nochu se inclinó poco para que Daniel se subiera a su lomo.

Sin más al estar ambos humanos sobre los lobos, estos empezaron a correr de aquella casa y de la ciudad. Daniel iba dirigiendo el camino, nochu junto a hobi obedecían las indicaciones del humano.

Después de dos horas llegaron a un cuartel militar desolado. Eso dejo confundido a Daniel, pero al bajarse del lobo negro con blanco puso apreciar sangre por todo el pasto.

Ecos de amor (Kookjin) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora