Capítulo 12: Y yo que pensaba que el skate era montarse en una tabla de 4 ruedas

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Entré a la casa después de que el decaído perro me abriese la puerta y se retirara con la misma desgana con la que me había abierto.
En la mesa del comedor pude encontrar dos rostros conocidos: el de Lula y el de Amy, la amiga de Lula que vino alarmada el día pasado a llevarse al par de perros por una emergencia que la dejó sin palabras. Ambas se encontraban con el ánimo por los suelos. En el caso de Lula, era como si la luz que brillaba dentro de ella, se hubiera apagado por completo y solo quedara una oscuridad en la que sumergirse. En cambio, en el caso de Amy, parecía que la tristeza en persona se hubiese colado en ella y estuviera clavando una gran espada a cada célula de su cuerpo, atravesándolas con la mayor lentitud posible y retirando el filo con la misma velocidad devastadora.
Había una tercera chica de la que no me había percatado de su presencia hasta más tarde. Se encontraba de pie, sirviendo de apoyo al colocar ambas manos en los hombros destrozados del alma en pena. Si hubiera sido en otro momento, doy por hecho que me hubiera fijado con más profundidad en los hipnóticos ojos de la chica que estaba de pie: uno de ellos naranja, el otro verde.
Sin embargo, todo el protagonismo se vio reflejado en Amy y en el triste aura que le rodeaba.
No me atrevía a moverme ni a expresar una sola palabra.

Ayer por la mañana, esa chica, Amy, tocó la puerta con desesperación y terror, emitiendo cientos de palabras ilegibles.
¿Qué ha pasado?
Ayer, Pachón y Lula abandonaron la casa y yo me tuve que enfrentar a un lobo que quería matarme.
¿Por qué todo el mundo está así?
Ayer conocí al guepardo que salvó mi vida y tuve miedo
Todo iba tan bien...¿por qué ahora tiene que destruirse mi mundo?
Ayer conocí a mi compañero de vida y le llamé "Cheetah".
¿Por qué tiene que ser ahora? No quiero vivir la realidad, quiero permanecer en la mentira.

Todo me parecía tan lejano y tan confuso, que explotó en mi interior como una bomba de relojería:
Ser secuestrado. Llegar a este mundo. Conocer a Fer y a Maruja y pasar esos acontecimientos tan extraños como traumáticos. Despedirse rápidamente sin oportunidad alguna de empezar a conocerlos ni conocer a mi nuevo yo, junto ellos, los descubridores de mi verdadero ser. Ser llevado a esta parte del monumental mundo. Conocer a Lula y Pachón con los acontecimientos en los que está incluida la caza del surdiprumns. Conocer a su amiga en uno de sus estados más críticos de su vida. Luchar contra un lobo junto con la psicopatía incontrolada de mi compañero vital. Conocer algo más a este "compañero de vida "y entablar más de una conversación sin que ninguno de los dos tenga una mínima idea de todo lo sucedido. Conocer a Red. Ver el aura triste de mi nueva casa. Quedarme paralizado.
Todo esto, ocurrido en 10 días.
Y, una vez más, como guinda del pastel, mi pensamiento dejó de ser mío.
Y lo que te queda por vivir en los siguientes días. Vas a sufrir como nunca lo has hecho.
¿No te has dado cuenta aún? Nadie te quiere en este mundo. Todos tienen planes para ti. Si no los tienen todavía, ya los tendrán cuando descubran que eres un Mediovampiro. Y te puedo decir con toda seguridad que ninguno de ellos será bueno...No para ti. Intentarán aprovecharse de ti, asesinarte, torturarte...

"No puedo, esto es demasiado. Necesito un respiro". Sin embargo, ese descanso jamás llegó.
Sin ir más lejos, ya te has topado con el primero: aquel científico loco que "quería hacer un acontecimiento histórico". ¿Qué sabes lo que harán los demás? ¿Qué pasará cuando esos caninos se den cuenta que viven con el ser más peligroso del multiverso? ¿Qué intentará hacerte ese perro de fuego cuando descubra tu verdad? Y, la que podría ser la más importante: ¿qué querrá aquel guepardo?
¿No te das cuenta que todos son parásitos, estén o no dentro de ti? Todos quieren algo de ti. Nadie es tu amigo, ni siquiera son tus compañeros, Víctor. ¿¡Cuánto tiempo más necesitas para darte cuenta!?

Sin previo aviso, un bajón me golpeó con una increíble fuerza, haciéndome perder todos los sentidos de un instante a otro.

                                                                                              ***

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