Matías.—¡La montaña rusa fue genial! —grita Celia riendo junto a su amiga.
Junto a ellas esta Nina; con su pequeño y tierno cuerpo, su hermosa carnecita en donde debe estar, su larga cabellera oscura, sus hermosos ojos miel, sus grandes labios rosas junto a su hermosa sonrisa.
Dante le hizo el favor de llevar el gigantesco panda que le regalé, mientras yo sostengo el lindo peluche que me regaló confesandome que la hizo pensar en mí.
La observó unos pasos atrás, desde lejos…, como siempre lo he hecho.
—Vamos, Fran. —toman a mi amigo de mi lado, cruzó una mirada con él y ríe nervioso mientras Carla tira de él. Las chicas se alejan de ellos, Celia y Nina ríen mirando a los locos alejándose.
—Se ve que sienten algo el uno por el otro. —comenta Dante a mi lado.
—¿Francisco y Carla?, ¿en serio? —levanto mi ceja mirando a la pareja feliz.
«No me di cuenta.»
—Así de lento sos, por eso hace no mucho te diste cuenta que te gusta Nina.
Volteo sorprendido ante las palabras de mi hermano y trago duramente.
—¿Cómo sabes...?
—Es más obvio que tu estupidez. —interrumpe con una sonrisa.
—¿Te gusta ella? —me atrevo a preguntar con algo de nervios. Se gira a verme con tranquilidad.
—¿Qué harías si así fuera? —Su voz pacífica me asusta más.
—No me interesa si es con vos la pelea, pelearé con el que venga… Porque amo a Nina. —confieso sorprendiéndome a mí mismo.
Quisiera decirle esto a su bella cara, besarla de nuevo y acariciarla como pocas veces pude disfrutar.
—El corazón de ella ya te eligió como su dueño, solo falta que el caballero de armadura vaya a reclamar lo que por amor le pertenece —sus palabras me dejan pensativo —. No me gusta ella. La quiero como a una hermana, pero no me interesa de forma romántica.
Su declaración me deja tranquilo, mi corazón deja de latir con la misma fuerza de mi nerviosismo. Mi sonrisa es sincera y ya no tengo ganas de golpear a mi hermano.
»Fue divertido ponerte celoso. —ríe con sus brazos cruzados.
Jadeo con sorpresa y le doy un golpe sin piedad en el brazo.
—¡Lo sabías! —reclamo con los cachetes ardientes, entre la vergüenza y la molestia. Dante ríe y soba su brazo.
Francisco vuelve a mi lado y sonríe tímidamente. Volteo la vista al frente y la veo.
Nina pasa frente a nosotros riendo, sus amigas ríen a carcajadas mientras ella está roja.
Amo ver sus cachetes colorados, amo verla sonreír; detesto verla llorar, llega a romper mi corazón. Pero amo calmar su llanto y que se apoye sobre mi hombro. Como cuando éramos pequeños y la defendía de sus agresores, todo por ridiculeces por ser más hermosa que las demás, la envidiaban por tener más cuerpo que las otras, viéndose hermosa tal y cómo es.
—Anda a buscarla, y decile lo que sentís. —volteo a verlo, me sonríe dándome ánimos y asiento. Extrañaré a mi hermano, debe irse está mañana por la mañana y sé que le cuesta de cierta forma el dejarnos. Respiro con seguridad, Dante me da una palmada en mi espalda, dejo el pequeño peluche sobre sus manos con cuidado como si fuera nuestro preciado hijo y me acerco a las chicas que hablan animadas.
Había decidido esto hace tiempo, formé la charla en mi cabeza más de un millón de veces pero es más difícil de lo que parece.
No es la primera vez que hago esto, pero esta vez no quiero que parezca un chiste. No quiero que crea que soy un idiota que quiere jugar con ella. Soy sincero y quiero que entienda eso.
—Nina. —susurro a sus espaldas llamando su atención. Ella se gira, su pelo se mueve con el viento, su cuerpo se mueve con delicadeza, sus labios se abren mínimamente y saca un mechón de pelo de su cara.
Es perfecta.
—¿Qué pasa? —Su voz es amable. Se que avanzamos bastante desde antes, ahora podemos hablar sin bardearnos, sin ganas de golpearnos y matarnos.
La amo, pero su carácter siempre fue muy chocante con el mío.
Además de que es necia, torpe, terca… Me mira con su cara enojada y me deja sin aire; hasta me asusta la petisa, pero me gusta todo eso de ella.
—Los dejamos, vamos a buscar a los chicos. —Carla tira de Celia y ambas se van.
Nina mira a sus amigas y hasta parece que les quiere gritar que vuelvan pero ellas solo ríen, y sin poder evitarlo, sonrío.
Me mira frunciendo su rostro y dejó de sonreír para verla.
—¿Qué? —pregunta con cierta brusquedad. Todo su buen humor se fue por el caño. Trago duro.
Es hora de decir la verdad, es hora de decirle que la amo con todo mi ser.
Pero no acá, ya sé donde ir.
—Vení. —agarro su mano con delicadeza y caminó con ella a mi lado, tengo en mente a donde llevarla.
Solo espero que me acepte.
YA POR FIN CONOCEMOS LOS OBVIOS SENTIMIENTOS JAJAJAJA DE MATÍAS JAJAJAJA PERO AHORA CONFIRMADOS POR ÉL JAJJAJA
Hermoso, amo.
Gracias por pasarse. Muacks~♡
ATT: GiPoon.

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ʟᴏᴄᴏs ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴏs
Teen FictionCOMPLETA. Nina es la belleza rellenita de la escuela. Matías es el típico popular. Ambos nunca se llevaron bien y siempre pelean. Viven uno frente al otro; y como sus familias son amigas, deben soportarse. Una loca petición sin consentimiento desat...