Matías.
Cuelgo el celu por cuarta vez y dejo caer mi mano a un lado de mi cuerpo.
No contesta mis mensajes, ni mis llamadas.
Observó la hora en el reloj de mi móvil, y pasan de las ocho.
Estoy frente a su puerta y me detengo a pensar si debería golpear o llamar.
Después de todo, los padres de Nina no están en casa por su viaje de negocios. Aún así, terminó tocando el timbre.
Luego de tocar el timbre por tercera vez, decido buscar la llave de emergencia que ocultan en el jardín debajo de una maceta de flores azules.
Entró a la casa, observando a los lados.
—¡Nina!, ¿estás en casa, bonita! —grito adentrándome al hogar.
Luego de revisar toda la casa, agotado me tiro sobre el sofá.
Busco el número de una de las chicas y Celia aparece primera en mis opciones, llamó y al tercer tono contesta.
—Mati, ¿qué pasó? —habla animada.
—Celia, ¿Nina está con ustedes? La llamo y no me atiende. —comienzo a preocuparme de que le haya pasado algo, porque encontré su teléfono sobre su cama.
—No, ella salió. ¿No te dijo?, se fue con nuestro compañero —mi corazón late rápido ante esas palabras—. ¿Cómo se llamaba? El de la moto, el alto. —explica, y aprieto el teléfono en mi mano con fuerza.
—Abraham… —mascullo irritado.
—Ese —asegura mis sospechas. Y suspiro pesadamente tirando de mi cabello hacía atrás—. La vino a buscar y vimos por la ventana como se subió a su moto.
—Gracias, Celia. —cuelgo escuchando de fondo como se despide.
Caigo rendido en el sillón de la sala, tiro mi teléfono a mi lado y froto mi rostro.
Mi pecho arde, me duele que haya hecho eso… Me duele que haya ido a esa cita con él.
«¿No somos nada?, ¿no me había dicho que sí?»
Me enoja tanto el hecho de que se hayan ido juntos...
«¡Es mi novia, mierda! ¡Y ese estúpido me va a escuchar!»
🐖
Nina.
Bajo de la moto, me paro en la vereda y le entrego el casco sonriente.
—¿Te divertiste? —pregunta agarrándolo.
—Casi se me sale el corazón pero dentro de todo… —río, recordando todos los juegos y kioscos en los que pasamos. La velocidad con la que llegó a mi casa, hizo que como nunca en mi vida me sintiera con adrenalina—, me divertí. —sonríe, y le correspondo.
—Eso me alegra, muñeca. —guiña un ojo a través del casco y jadeo sonriente.
—No me digas así. Fue solo una salida de amigos, te lo advierto, Abraham —lo apunto y volteo para caminar a la puerta de mi casa.
—Nos vemos mañana, muñeca.
Levanto mi dedo medio aún caminando a la puerta y escucho su risa a mi espalda.
Niego sonriente, escuchando cómo arranca su moto y volteo para ver cómo se va hasta desaparecer de mi vista.
«Lo admito, me divertí demasiado.»

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ʟᴏᴄᴏs ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴏs
Teen FictionCOMPLETA. Nina es la belleza rellenita de la escuela. Matías es el típico popular. Ambos nunca se llevaron bien y siempre pelean. Viven uno frente al otro; y como sus familias son amigas, deben soportarse. Una loca petición sin consentimiento desat...