11: Alejarse es lo mejor.

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Nina.

Evitar, huir, escapar, entre otras palabras que no recuerdo, sería perfecto para describir qué es lo que estuve haciendo los últimos tres días después de ir al cine con Dante el sábado. 

Pleno miércoles a las dos de la tarde en la escuela y estoy que no quiero salir detrás de la escalera que sube al segundo piso y volver al salón cuando termine el recreo.

Posta no quiero ver a Matías, no después de lo que pasó en el baño de ese cine.

—¿En serio no querés salir? Está lindo afuera. —propone Carla con una pequeña sonrisa para después darle un mordisco a su comida.

Comer debajo de una mugrienta escalera no está prohibido, ¿quién lo dice?, ¿las reglas de higiene? Que vayan a freír churros.

—Nup. —contesto simple bebiendo de mi botella de agua. 

—Yo quiero salir para ver a mi esposo un rato. —Celia se levanta y sacude la mugre de su culo. Suelto una risa negando.

Su supuesto esposo en un tipo de grado mayor que ni sabe que existe pero aún así ella va a observar. Hasta yo lo hago, el tipo es hermoso. 

—¿Venís? —pregunta mi amiga mirándome, ambas me miran desde el pasillo a un lado de la escalera, a sus espaldas hay ventanas. Niego a la pregunta de Carla con una pequeña sonrisa.

—Gracias, pero hoy me quedo. 

—Si pasa algo interesante te juro que me voy a cagar de la risa. —Celia me apunta con diversión.

—No creo que el mundo esté tan en mi contra. —comento sonriendo, se encoge de hombros y camina por el pasillo afuera con una pequeña sonrisa emocionada. 

—¿Querés que me quede? —Carla llama mi atención. Niego una vez más sonriente.

—No, anda con ella y fíjate que no se mande una cagada. —apunto por donde se fue y ríe asintiendo. 

—Nos vemos más tarde. —nos despedimos y me quedo sola en el pequeño espacio.

Estar sola era algo de lo que me había acostumbrado hasta que las chicas llegaron a mi vida y nos volvimos las mejores amigas. 

Muevo mis pies chocando las puntas de mis zapatillas entre sí, cierro los ojos dejándome llevar por la tranquilidad del silencio.

No hay música, ni personas hablando, las ventanas a mi lado cerca del vacío pasillo se llena de luz por el sol, veo las hojas de un árbol a través de la ventana moverse con el viento. 

Sonrío, y respirando profundamente. 

Algo se interpone entre la luz del sol y yo, obligándome a abrir los ojos. 

Matías está parado frente a mi, con la luz del sol a sus espaldas y una sonrisa en la cara como si hubiera venido directo del cielo.

Era demasiado bueno para ser verdad. 





























































Gracias por leer chikibabys. Guiñazo ♡u<

Att: GiPoon

ʟᴏᴄᴏs ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴏs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora