ʟᴏᴄᴏs ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴏs

10: Chabón peligroso.

Nina

—Perdón, bonina —veo a Dan con curiosidad esperando una explicación —. Quería venir y no pude decirle que no. —Matías sonríe con superioridad y una total diversión a su lado. 

Es claro que vino para joder.

—Está bien, Dan. —le sonrío con dulzura.

Matías me ve con una sonrisa macabra y nuestras miradas parecen competir por sí solas. 

🐖 

¿Por qué se me ocurrió ver una película de comedia?, ¿por qué se les ocurrió seguirme la corriente? 

Ahora tengo a dos hermanos hermosos a cada uno de mis lados riendo a carcajadas por cosas que ni gracia me dan, no sé porque miro comedia si no me da gracia. 

—¡Mira eso! —grita Dan tocando su pecho riendo a carcajadas la pantalla. Sonrío contagiada, levantándome.

—Voy al baño. —aviso pasando entre los asientos y saliendo de la sala. 

Camino por el pasillo moviendo mi cabello hacía atrás suspirando, llegó al pequeño baño y entro a un cubículo con rapidez. Hago mis necesidades y salgo a lavarme las manos, no hay personas ahora y las pocas chicas que hay se acercan a la puerta saliendo. 

Me doy la vuelta y me espanto ante la imagen de Matías sobre la puerta de entrada. 

—Hijo de tu mamá, no hagas eso. —hablo tocando mi pecho dejando soltar el aire que contenían mis pulmones.

El morocho se acerca, miró detrás de él, la puerta parece cerrada. Veo a mis alrededores y las puertas de los cubículos están abiertas mostrando la soledad del lugar. 

—¿Pensaste qué no me di cuenta? —pregunta en una lenta caminata a mi persona.

—¿De qué hablas? —doy pasos atrás alejándome de su posible cercanía.

—Vi como mirabas a mi hermano, ¿todavía te gusta? —abro mi boca con sorpresa pero la cierro y así sucesivamente sin formular palabras.

—¿Qué? —chillo con sorpresa. 

«¿Cómo sabe que estaba enamorada de su hermano?, ¿tan obvio era?»

Cierro mi boca volviendo a la normalidad y me paro recta. 

»¿Qué te importa? —me cruzo de brazos a la defensiva. Sus pasos son largos hasta llegar a mi. Pone sus manos a los lados de mi cuerpo apoyándose en el lava manos, mirándome fijamente a los ojos.

—Te advierto, Nina, no te metas con él. —su tono es seguro, serio… No lo entiendo. 

—¿Por qué? —casi susurro sorprendida ante su cercanía.

—Porque sos mía, nena, de mi pertenencia y no me complace compartirte con mi hermano. —sonríe de lado sin la más mínima gracia.

Sus palabras hacen latir mi corazón, confundiendome más.

—¿Quién dice que soy tuya, tarado? —interrogo con molestia, aguantando las ganas de darle una patada en la jeta.

—Yo, el rey de tus pensamientos y dueño de tu corazón. —su sonrisa es sincera, pero juguetona al mismo tiempo. Debo admitir que es tierno y sexy.

«¡Ay, Dios!»

—Te estás dando mucha importancia. —digo con burla sonriendo.

—Tengo la que merezco. —ve mis labios, como hace no mucho había hecho en su habitación. Vuelve a conectar nuestras miradas, puedo notar algo extraño en él, algo diferente y atrayente; que me asusta como me gusta. 

—No me toques. —susurro cerca de sus labios, al punto del colapso.

—No te estoy tocando, Nina… aún no. —sonríe dejándome ver sus hoyuelos, respiro con lentitud y pongo mi mano sobre su pecho para que no pase de donde le permito. 

—Ni se te ocurra. —advierto mirándolo con seriedad, él me desafía con esa mirada juguetona característica en él… para luego reír a labios cerrados y alejarse de mi. 

Sale por la puerta con tranquilidad y la cierra detrás de si, toco mi pecho soltando el aire de mis pulmones.

Es seguro, Matías es un peligro.

AAAAAAA, AMO CUANDO PASAN ESTE TIPO DE COSAS JAJAJAJA.

Att: GiPoon.