Capítulo 28

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Frente a mis ojos, había un Ente o persona de no más de 1.30 m. de altura: Era muy delgado, casi no tenía músculos en su cuerpo, su piel era muy grisácea y estaba cubierta por manchas de alguna sustancia negra y viscosa, a simple vista parecía un niño pequeño que estuvo jugando con petróleo o algún lodo de color negro. En su cabeza no había cabello y ni tampoco un rostro que admirar, solo un par de pequeñas esferas titilantes de color verde limon - sus ojos.- En en la parte superior de su torso solo había un pequeño bulto, deduje que podría ser sus senos ya que, en la parte inferior de donde iniciaban sus piernas era completamente liso. A los costados de sus piernas estaban sus manos; una de ella estaba completamente abierta con los dedos completamente torcidos y muy rígidos, mientras que la otra estaba medianamente cerrada pero con su dedo índice y pulgar extendidos. Era muy extraño e imposible apartar la vista de este pequeño humano, si se puede llamar así. 

El ente dio un paso hacia nosotros y yo retrocedí por inercia, frunciendo el ceño y antes que pudiera procesar mis palabras, dije :  - ¿Qué eres? - se escucho como un pequeño bufido.  - eh...disculpa ¿Quién eres? - y mentalmente me golpee mi la frente. 

-Lo bueno es que no cambias. - Dijo una voz más gruesa. 

Gire mi cabeza para ver al otro Ente que apareció de un momento a otro. En apariencia eran completamente iguales pero las diferencias eran muy visibles: como las esferas de color AzulRey. En altura, este era un poco más alto, en su entrepierna efectivamente había un pequeño bulto y sus manos estaban ligeramente cerradas aunque poco más relajadas igual estaban un poco atrofiadas. 

 -Nos conocen como brujos o hechiceros, incluso nos comparan con Duendes. - me explicaba con evidente fastidio. -  Aunque ya tendremos tiempo de sobra para conversar, ahora lo que nos importa es tu hermana y tu protección. - Solo asentí levemente. -Acompañanos. - me tendió la mano. 

No pude aceptar su mano ya que, no sabia como iba a reaccionar ante este hombrecito. Solo pude pronunciar un casi inaudible:  -Guíame. - 

Estaba muy nerviosa para formar alguna frase coherente. Definitivamente estaba muy desorientada, ni en mis sueños más locos pensé que Los Brujos se verían de esa manera. Creía que habían sacado sus poderes de la tierra o algún pacto o apareamiento con algún Demonio. Siempre que me imagino una Bruja: es de aspecto horrible y por lo general muy viejas, que viven ocultas en cuevas y bosques, y desde estos lugares le hacen el mal de las personas. También, las  asociaba a personas con piel verde y de nariz puntiaguda, creía que era el precio que debían pagar por venderle el alma al Diablo. Claramente, todo lo que imaginaba,  no se compara en nada con las dos "personas" -si se les puede llamar así-  que tengo frente a mí. 

Theresa, elevo levemente su brazo derecho para encender las venas más grandes de su antebrazo y localizar ese destellante color y poder sobre su mano extendida, para lanzar un pequeño cilindro de luz a dos metro de nosotros (dando la impresión de chocar contra una pared que dejo un circulo irregular) Esta se extendió rápidamente, para quedar semitransparente en su interior y con bordes del color característico de aquella mujer.

-Es un portal de traslado.- susurro Ismael, siendo el primero en avanzar hacia esa cosa  que palpitaba de afuera hacia dentro. 

 Al llegar frente al portal, se giró hacia nosotros para extender sus brazos de manera teatral y con una sonrisa maliciosa, avanzó un paso más hacia atrás, para comenzar a volverse transparente de pies a cabeza.

-no perdamos más tiempo. - indicó el hombre pequeño, para entrar caminando hacia el portal. Teniendo el mismo efecto: volverse transparente mientras su cuerpo es absorbido por esa manta fina y delgada de un color verde limón. 

La Hija del Portador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora