Capítulo 11: parece que un fantasma se presento.

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lean hasta el final.  

Estoy por llegar a mi trabajo y trato de controlar la rabia que siento por culpa de Mike. Hoy nos topamos cuando salía de mi casa y él iba a hacer deporte; solo nos miramos por un instante e hizo que todo mi ser ardiera de cólera. Me había pasado toda la noche pensando en nuestra conversación y no podía procesar nada. Aun no puedo entender porque nunca se acercó para hablarme de mi poder o de lo que soy o de lo que me podría pasar. Siento que toda mi vida es una mentira y una mala jugarreta del destino, sí solo pudiera saber más de lo que puedo hacer pero Mike, no me dijo nada de lo que puedo hacer o que tengo que hacer para poder utilizarlos y lo único que hizo fue justificarse, contarme una fracción de mi historia; eso me exaspera mucho, ya que, lo único que necesito es terminar con este tormento que tengo dentro de mí. Aunque lo único claro es que Oliver, me puede ayudar y de igual manera, tengo miedo a confiar en él. 

El autobús paró de golpe sacándome de mis cavilaciones, agradecí al conductor al bajarme del transporte, camine de manera relajada hasta el restaurante y al entrar por la puerta trasera para llegar directamente a los vestidores y arreglarme adecuadamente para iniciar mi día laboral.

- ¡Hola querida! ¿Qué tal? – saludo alegremente Camila, depositando un beso sonoro en mi mejilla.

- Bien, gracias por preguntar. –

- ¿está segura? – me miro con el ceño fruncido. – yo pensé que ayer habías descansado; como no viniste a trabajar. Creo que me equivoque porque te sigues viendo fatal. – intente reír pero no funciono. -- ¿qué pasa querida? ¿problemas en casa por la fiesta? – toco mi hombro comprensivamente y esta vez reí.

- No, tranquila. Solo no he podido dormir bien, mi insomnio cada vez peor... -- rodé mis ojos. – y quiero que me disculpes por retirarme sin avisar; el día de la fiesta. Tuve un pequeño problema y... --

- ¿de qué hablas? ¿querida, estas segura que te sientes bien? – volvió a insistir.

- Eeehhh... ¿sí? – de seguro ambas estábamos confundidas.

- Pues no te creo, ya que, te marchaste antes que fuéramos al Club. Intentamos convencerte de que nos acompañaras pero fue imposible con lo terca que eres. -- << ¿Qué dijo? >> 

- ¡chicas a trabajar! Minerva esta como loca, además es lunes y se vuelve más odiosa. – entro Mika, acompañada de Karin. -- ¿les pasa algo? – ambas negamos.

- ¡te perdiste la fiesta de tu vida, Mical! – me abrazo y corrió a su casillero para sacar su ropa. – estuvo increíble la noche, debiste quedarte. –

- Ehh... para la próxima vez me quedo hasta el final. – les seguí la corriente, no sabía muy bien de qué hablaban y no apelaría lo contrario.

Era muy extraño que ellas recordaran unahistoria diferente a la mía. << ¿Qué diablos estaba pasando? >>estoy segura que sí las cosas siguen en el mismo rumbo, me volverécompletamente loca. Yo sé que lo sucedido fue real, aunque suene descabellado eimposible, fue real o en verdad perdí mi cordura y todo lo he estado inventado...la verdad es que, ya no lo sabía y aun me rehuso a creer en todo lo que me estápasando. 

La mañana pasó rápido y sin novedad, alrededor del mediodía; horaen la cual nos turnabamos para ir a colación, Minerva, apareció frente a mí.Dejando mi bandeja sobre la extensa mesa y mi panza apretada por los nervios, me prepare para la batalla. 

- ¿por qué no viniste ayer? – soltó hostilmente de brazos cruzados.

La Hija del Portador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora