Capítulo 29

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-primera parte. - 

El lugar era increíblemente amplio, incluso intimida.  A pesar de ser un lugar verde, frondoso y lleno de vegetación; no habían animales ni personas. Lo cual era bastante extraño y no podía encontrar una explicación al paisaje. Se suponía que el Infierno debería ser tétrico y lúgubre...sin vida. Con muchos vestigios de personas que dejaron de existir al ser quemados por el fuego eterno; debería estar lleno de horrendas bestias que se alimentan de las lamentaciones y tormentos de aquellos que habían tomado el camino del mal; y que el lugar era una cueva iluminada por fuego o era la imagen de una enorme ciudad consumida por las llamas. 

Prácticamente no había ni lo uno ni lo otro, solo se podía escuchar el sonido del viento pasar por entre las hojas de los diferentes tipos de árboles, que habían en este bosque. 

-ahora, qué hago... - musite en voz baja. 

Al no poder seguir avanzando hacia delante, no tuve más opción, que adentrarme nuevamente en el bosque para buscar otra salida.

Mientras caminaba por senderos naturales, tenía el leve presentimiento de que había llegado a otro lugar ya que, no habían ruidos de ninguna índole; era como en mis sueños más extraños: Descalza, con el cabello suelto y corriendo con un vestido blanco que se tornaba negro a medida que me adentraba en la penumbra del bosque. Aunque ahora era tan vivido que me hacia pensar en todo y a la vez en nada. Lo único que sabia que era completamente real, es el eco de mis fuertes pisadas. 

Para no llamar la atención de alguna cosa extraña, me quite el único zapato que me queda, aliso los pantalones negros holgados y la sudadera gris magullada - La ropa era de Theresa, me la había cambiado cuando estuve inconsciente en su casa, y no me había percatado del deplorable estado que me encuentro hasta ahora. - Y sin poder hacer mucho con mi vestimenta, seguí caminando. 

-me hubiera gustado cambiarme de ropa, pero ni eso pude hacer ¿Cómo diablos me vine a meter en esto? - habla en voz alta.  - definitivamente perdí la poca cordura que me quedaba.  - 

Cuando creí que estaría caminando infinitamente por este bosque, llegué a un sendero estrecho formado por arboles y una larga escaleras de piedra. Espere unos minutos antes de seguir ya que, tuve la pequeña ilusión que alguien aparecería, aunque fuera para pelear. Nunca nadie llego , así que, seguí mi camino.  A pesar, que varias veces me detuve para otear la zona para ver si podía encontrar algo que me permitiera ubicarme, el paisaje no cambiaba, lo cual no me molestaba porque incluso me mantenía muy serena pero a la vez, muy solitaria. 

 << De seguro es mi calma antes de la tormenta. >>

Cuando el paisaje se volvió más claro, a lo lejos pude vislumbrar una enorme estructura de piedra. Aunque corrí e intenté saltar (así como lo había hecho cuando me escapé de la casa de Theresa) fue una sorpresa que mis poderes no estaban funcionando. Para verificar lo que estaba sucediendo, junte levemente las manos (dejando un pequeño espacio entre ellas) Despeje completamente mi mente para observar el centro y apenas pude ver una especie de humo: amarillo, azul eléctrico y negro. Moverse lentamente por mis palmas. 

-genial, seré presa fácil. - hable claramente fastidiada.

Cuando por fin llegué a la cima del terreno, por un segundo mi corazón dejó de latir, a pesar de lo árido del páramo, el enorme castillo de cemento es hermoso. 

Avanzando por un camino de piedrecillas blancas, la estructura se volvió más grande, más imponente: Tiene cuatro torres en total, con la misma fachada del El castillo de Chambord la región de Centro-Valle de Liora en Francia. Y en su centro había una torre con la fachada de La Catedral de Hallgrimskirkja en Islandia pero en menos escala. Justo en medio de esta estructura había un enorme arco, que dejaban ver una infinidad de escaleras que se perdían en su interior. 

La Hija del Portador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora