Capítulo 27:

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Estaba asustada y con un leve dolor en el cuerpo. Sonreí, porque nunca había tenido tanta suerte como en este momento, saber que caí en caída libre y seguía respirando, es una emoción inexplicable. 

Estire mi acalambrado cuerpo e intente ponerme de pie, aunque, un fuerte mareo me devolvió a mi posición inicial: De espaldas al suelo. Tomando un gran bocado de aire, gire mi cuerpo para ponerme a gatas, cuando un fuerte trueno hizo que mi estómago se contrajera, al punto de casi hacerme vomitar por el pánico. Como no tenía opciones o más bien agallas para seguir peleando, busque algo que me sirviera de refugio por un par de minutos, mientras recuperaba la valentía que había perdido. Y lo encontré: un gran contenedor de basura volcado, a un par de metros de donde me encontraba. 

Con mucho cuidado y tomándome mi tiempo, comencé arrastrarme por la tierra; esperando que nadie pudiera verme.  Al tocar la viscosidad que estaba la superficie del contenedor,  sentí como esa abrumadora ansiedad que tenia todos mis nervios tensionados, dejaba de atormentarme. Aunque el nauseabundo olor y la viscosidad que se había adherido  en mis manos, me causaron unas fuertes ganas de vomitar, y no tuve más opción reprimir esos sentimientos y pensamientos de repugnancia ya que, tenia que enfocarme en lo que estaba sucediendo, y para poder pensar en cual seria mi plan de ataque. 

Al calmar gran parte del ímpetu y enfocar mis pensamientos, fruncí el ceño porque no reconocía el lugar en donde me encontraba, solo asumí que el rango de destrucción, efectivamente se había expandido y salido de descontrol. Avance a gatas por el costado del contenedor, y al llegar al borde, asome la cabeza para tener otra perspectiva del lugar, y lamentablemente el panorama era mucho peor que en el frente; dos casas pareadas estaban ardiendo en llamas y estaban tomando las que estaban a sus costados.  

- << pobres personas, pagan justos por pecadores. >> - escuche esa voz interna.

Entonces de entre medio del fuego y del intenso humo, apareció una figura de un hombre. Por un momento creí que sería Raguel pero al ver que era Mike, un escalofrío recorrió cada centímetro de mi cuerpo, porque para mi mala suerte, él aun tenía esa mirada vacía. Me dolía mucho el corazón,  verlo de esa manera pero me obligaba a preguntarme: por qué no peleaba en contra ese instinto, y en que comento paso hacer una marioneta de Raguel. Por acto reflejo volví a esconderme, rezando e implorando a cualquier divinidad que me escuchara, para Mike no me encontrará. Y al girar mi cuerpo hacia el frente, quedé un segundo sin respiración, Raguel estaba al fondo de la calle. 

- <¡mierda!> - fue lo único que logré pensar.

El contenedor de basura se arrastró levemente por el pavimento para salir eyectado de su sitio,  por acto reflejo, solo protegí mi cabeza. No paso ni un segundo, cuando jalaron mis pies para  dejarme suspendida en el aire de cabezas al suelo, con mucha lentitud me hicieron rotar para quedar mirando, hacia donde se encontraba Mike, y al oír el estrépito que hizo el contenedor al caer al suelo, solté un leve gritito. 

No tuve ni tiempo para actuar.

***

Sin perder más tiempo, intenté romper la nueva conexión que reprimía mis movimientos, y aunque sentía la vibración de ambas energías rechazándose e intentando doblegar una a la otra: fue en vano. Era muy frustrante estar en estas condiciones pero sin rendirme, intente agudizar mi vista para poder verle mejor e intentar concertarme para poder enviarle un mensaje por telepatía.  - No creo poder realizar aquella acción porque nunca lo intente, solo recibía mensajes y seguramente la persona que lo enviaba me escuchaba. -  Me esforcé todo lo que creí posible y nada, solo lograba distinguir de él: su pantalón y la sudadera bastante magulladas. Necesitaba con urgencia recordarle quien era en realidad, porque presentía esa mirada penetrante y bacía, observarme de pies a cabeza. 

La Hija del Portador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora