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Deslumbrante

"Devil in a dress"

Hay momentos en nuestra vida que nos definen, ¿acaso no dice eso una película? Pues yo pensaba que eran las cosas que hacíamos lo que nos definía. Porque, ¿o sino cómo? ¿Se supone que si me enfrento a un problema, me convierto en valiente? ¿Y si no, en una cobarde? No me consideraba una persona cien por ciento cobarde, pero sí tenía la tendencia de huir de mis problemas. Era del tipo de persona que estaba gustocita en su zona de confort y se me hacía difícil hacer algo que me hiciera sentir incómoda. Por ende, quería alejarme por completo de este enredo con Isaek, Dalia, Nathaniel y los Rowling. Había una vocecita en mi cabeza que me decía que me fuera de ahí; que no tenía ninguna responsabilidad. El problema era que sí la tenía, porque incluía a mi familia.

Mi familia estaba en peligro.

Había tratado de evitar recordar esa noche de abril, de verdad trataba de no recordarlo. Dalia había dicho que mi padre se había involucrado con las personas equivocadas. ¿Qué demonios significaba eso? Por Dios, y la parte de trata de blancas... Me quedé cruda en mi asiento mientras el profesor de filosofía hablaba del examen sobre Maquiavelo. Me valía tres hectáreas de mierda. No Maquiavelo, para aclarar, sino la narrativa del profesor sobre qué tan mal nos iba a ir en el examen.

Solo me quería largar de allí.

Me quería largar de este problemón. Mis preocupaciones deberían ser entrar a mi universidad de ensueño: Universidad de California en Los Ángeles. Había sudado toda el agua disponible en mi cuerpo; también había llorado cuando no entendía un tema de un examen, porque mi promedio dependía de ello. No podía aflojarme en ese momento... Simplemente, no podía.

Sonó el timbre y grité de alegría internamente. Meses atrás no quería involucrarme con los Rowling de nuevo, ni saber la realidad de lo que estaba pasando... Pero las cosas habían cambiado. Algo en mí había cambiado. Iba a hacerle frente a todas las cosas que iba a descubrir, sin importar lo retorcidas y oscuras que fueran.

Salí de la clase dejando mis pensamientos filosóficos para otro momento. Tararee una canción mientras guardaba mis libros.

—Hola, señorita popular — escuché a mis espaldas.

Sabía esa voz y conocía a la persona detrás de mí. Le encantaba molestarme.

—Hola —. Me volteé y vi la sonrisa coqueta de Jared. No me estaba coqueteando ni nada parecido (Dios, no), solo que siempre andaba con una sonrisa de querer conquistar al mundo —. ¿A qué viene lo de "señorita popular"?

Jared chasqueó la lengua y se acomodó su cabello ondulado. Juré que escuché chicas suspirar en agonía tras de mí.

—Seguro que ya sabes.

—Te sorprendería — comenté demostrando que no tenía ni idea.

Porque de verdad no tenía ni puta idea.

Saqué de mi mochila un paquete de almendras. ¿Qué? Tenía hambre.

—Todo el mundo está hablando del revuelto de ayer.

... El revuelto de ayer. Claro, la pelea con Nathaniel frente a toda la escuela. Joder, es que fue intensa. No es que me olvidara de ella, solo que, cada vez que cruzaba mi mente, volvía esa rabia que tenía por él. No podía dejar de ver su cara mientras se mofaba de mí. Yo estaba herida y él estaba como si nada. Hasta actuaba con indiferencia, ¿cómo podía hacer eso? ¡Era un maldito psicópata!

En fin, estaba hablando con Jared.

—La gente no puede superar que hayamos cortado — comenté, metiéndome una almendra a la boca.

¿Fingir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora