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Combate cuerpo a cuerpo

"I see through your demeanor

Baby, I'm a pleaser

I go out my way to treat you"

-wRoNg de Zayn (feat. Kehlani).

N/A: recomiendo poner la canción de multimedia cuando les avise...

Miré la hora de mi teléfono y supe que ya era hora de irme. Me levanté de la arena y la sacudí de mi falda, y miré hacia el océano. Sentí un sabor amargo en mi lengua y una presión en mi estómago recordando lo que había ocurrido en la escuela: el rostro de Nathaniel no solo golpeado, sino mirando a través de mi, burlándose. Me prometí que no iba a llorar, pero, joder, cada día que lo veía solo se hacía más difícil. Lo más fuerte era saber que solo yo estaba sufriendo, mientras él me detestaba y me trataba con crueldad. ¿Había hecho algo mal? Me odié al pensar que me había dejado tratar de esa forma, me había permitido enamorarme de alguien que no me amaba de vuelta. Tragué el dolor que estaba sintiendo y me puse mis audífonos para largarme a mi casa.

Las horas habían pasado desde mi encuentro con Isaek y, cada vez que recordaba lo sucedido, una oleada de nervios y miedo me golpeaba. Estábamos solos y yo indefensa; podía haberme hecho todo lo que se le ocurría en la mente, pero solo se largó diciendo "Solo debes saber que yo no soy precisamente el villano en esta historia, Rebecka", ¿qué demonios significaba eso? Mi mente estaba hecha un lío y no quería pensar ni un momento más. Salí trotando en dirección a mi casa para así cambiarme a mi ropa deportiva y encontrarme con Blaise en su casa. No iba a negar que los nervios me estaban comiendo por dentro, porque no sabía como iba a salir eso del entrenamiento.

Después de trotar por 15 minutos, aproximadamente, llegué a mi vecindario. Pasé por la casa de los hermanos Anderson y volví a sentir una pizca de rabia. Decir el nombre Nathaniel quemaba en mis labios, los mismos que él besaba con tanta pasión. Agradecí que no hubiera ningún auto conocido en la calle; ni mis vecinos de al lado, ni mi familia estaban en casa. El viento en mi cara me refrescó por un momento y recordé en donde estaba y que solo tenía algunos minutos para cambiarme antes de que todo el mundo llegara. No sabía si mi padres se habían enterado de que había huido de la escuela, pero no iba a quedarme a averiguarlo.

Entré rápidamente y me puse unos leggings negros que me llegaban arriba de mi ombligo junto con un top rosa de licra. La falda y la camisa de la escuela aún me quedaban un poco anchas entonces fue bueno usar algo que me quedara a la medida. Me miré en el espejo y contemple como las curvas encajaban tan bien los leggings ajustados de deporte. Cada parte de mi cuerpo estaba en su lugar y sonreí antes de partir.

Dudé entre coger las llaves de mi auto, porque, cuando mis padres se dieran cuenta, iban a matarme. Hice una mueca y decidí eso en vez de gastar mi dinero en algún taxi, sabiendo que había dejado mi cartera en el buzo en el auto de Hayley. Lo siento, pero así debe ser. Salí rápidamente mientras me hacia una cola de caballo alta.

Un Mercedes Benz azul se hizo presente en mi campo de visión y supe inmediatamente de quien era. Mierda, no quería ver su cara ni en pintura. Se bajó de su auto sin ningún acompañante. Su cara estaba golpeada y magullada: su pómulo izquierdo tenía un gran hematoma morado oscuro y su labio inferior estaba claramente lastimado. Estaba tan jodidamente atractivo que lo odié más por tener ese efecto en mi. Miró a su alrededor sin darse cuenta que yo estaba allí, y contempló que solo estaba él y su perfección. Tragué saliva tratando de ignorarlo y me monté a mi auto con rapidez.

¿Fingir?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora