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En New York

"Thinking 'bout you last, lately,

are you moving along"

- Moving Along de 5 Seconds of Summer.

- ¡Ay, Becka, yallegaste! Te extrañé mucho – exclamó Hayl cuando se separó de mi

Hacía diez minutos que me había bajado del avión y allí se encontraba mi amiga, lista para recibirme. Su piel, que antes era muy blanca, había tomado un tono más bronceado por el sol veraniego de California. Por eso mismo, su sonrisa se había vuelto mucho más blanca y cálida. Sus ojos castaños estaban cubiertos por sus espesas pestañas negras debido al rímel y su pequeña nariz había adoptado unas nuevas pecas debido a la exposición al sol. También se había cortado el cabello hasta los hombros y había optado por tinturárselo más claro en las puntas.

Me reí porque la gente a nuestro alrededor se había quedado mirando a las dos extrañas raras que hacían un escándalo de aquí a Pekín.

-También te extrañé bastante, Hayl – le correspondí –. De verdad algún día tienes que ir a Chicago. Es caliente como el infierno, pero tiene muchas cosas para hacer y lugares que conocer.

-Sabes que me gusta lo caliente como el infierno – dijo, alzando ambas de sus cejas simultáneamente.

Me reí de nuevo.

-De verdad que me hiciste falta tú y tus comentarios – le dije.

Empezamos a caminar por el pasillo lleno de gente extranjera perdida en este inmenso aeropuerto para llegar a la salida. El Aeropuerto Internacional de San Diego, junto con el LAX de Los Ángeles, eran los más grandes de California, por lo que la mayoría de los pasajeros de otros países hacían paradas estatales en estas ciudades. Por esa razón, estaba lleno hasta al tope que hasta se nos hacía muy difícil caminar.

- ¿Quieres? – me preguntó Hayley después de unos segundos. Tenía en su mano derecha una caja de Dunkin' Donuts cuando me ofreció. Unos recuerdos en el aeropuerto de Chicago con una persona en particular vinieron a mi mente, y comencé a sentirme indispuesta – Vamos, están ricas – dijo Hayley, mirándome triste porque creyó que la había rechazado.

Dejé los recuerdos amargos muy al fondo de mi mente para enfocarme en mi amiga.

-Claro – le dije - ¿Tienes el eclair?

Hayl dudó por un momento antes de abrir la caja de donas y echarle una mirada.

-Es la dona larga, ¿cierto? – me entregó una cuando asentí. Era mi favorita: su sabor de chocolate en la superficie y la crema glaciar adentro era la mejor combinación posible que Dunkin' alguna vez haya sacado –. Nunca la he probado, pero, por como te la devoras, ha de ser deliciosa.

-Lo es – dije cuando me embutí un gran pedazo en la boca y empezaba a masticar.

- ¿Sabes? Cuando dijiste que habías empezado a entrenar creí que me estabas tomando del pelo. – dijo y me volteé para fulminarla con la mirada. Hayley soltó una carcajada – Es que me acuerdo de todas las veces en las que posponíamos ir al gimnasio solo por ir a comer en aquel restaurante de comida china.

- ¿P. F Chang's?

-Sí, ese – dijo, dándome la razón. Ahora se me hacía boca agua en solo pensar en ir allí y pedir una mesa –. Es que ahora te ves... bien. Más que bien, te ves excelente.

No pude evitar ruborizarme ante el comentario de Hayley. No estaba acostumbrada a obtener este tipo de cumplidos. La mayoría de los cumplidos que obtenía habitualmente eran sobre mis ojos y mi cabello, no sobre mi cuerpo. Me sentí observada y abrumada por un momento.

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