Cómo a principio de todos los veranos, viajó a un pueblo de Minnesota, dónde estaba instalada la antigua y cutre casa de sus abuelos. Hacía tiempo que los padres de su madre murieron, pero a pesar de aquello, la familia seguía visitando el lugar. Normalmente, instalarse en aquella casa la aburría, pero ahora que su relación con Sam se había hecho más estrecha, cambió de parecer. Perderse junto a él entre los bosques, robarle algún que otro beso fugaz mientras que sus padres no miraban, quedarse dormida en su regazo y abrazarlo apasionadamente, eran suficiente consuelo para aguantar cuatro semanas en aquel Estado.
Se sintió sorprendida en cómo su hermano respondía con ansias cada uno de los acercamientos que ella intentaba que se dieran, porque por el momento, él no provocaba ninguno. En parte lo comprendía, aunque tuviese que tragarse su egoísmo, debía de entender que ya era suficiente con que no la apartara a un lado cada vez que se le insinuaba. Todavía era demasiado pronto para su hermano, ella ya estaba acostumbrada a verlo más allá que un miembro de su familia. Por lo menos actuaban como pareja, en gran parte, siempre y cuando no hubiese nadie por los alrededores. A ella no le importaba demasiado que los descubriesen, pero por supuesto a Sam sí.
<<Tengo que esforzarme>> pensaba detenidamente <<Él perdería mucho más que yo. Tampoco puedo forzarlo tanto>> Aquello último no le resultaba tan sencillo de cumplir.
Una noche, estaban viendo la televisión con sus padres en el inmenso salón de la casa. Ella estaba tumbada, con las piernas encima del regazo de su hermano, mientras se sentía hipnotizada por el brillo que emergía el aparato. De pequeña recordaba que aquel televisor le producía escalofríos. Al poco tiempo, sus padres decidieron marcharse a descansar, dejándolos solos a los dos. No pudo evitar la tentación de besar a Sam en el momento en que desaparecieron por las escaleras. Éste correspondió, un poco tenso al principio, pero lo hizo. Comenzaron suavemente, intentando no hacer ruido, acariciándose despacio el uno al otro. Tess sintió sus mejillas enrojecer cada vez que Sam la atraía hacia él, se estaba comportando de la manera en la que quería verlo, sin miedo a amarla. Casi sin razonarlo, llevó una de sus manos hacia la entrepierna de su hermano, Sam cortó el beso bruscamente.
-¿Qué haces?- tenía la cara igual de enrojecida que la de ella, y le costaba trabajo vocalizar.
Tess rodó los ojos, las preguntas con respuestas lógicas que le solía hacer la sacaban un poco de quicio, al igual que sus formas ariscas- No hay nada de malo en que te toque.
-Pero no ahí- había replicado receloso.
-Pensaba que estábamos saliendo- se puso de pie y lo miró largamente- que querías estar conmigo.
-Ya te he dicho que necesitamos tiempo, estas cosas pueden esperar.
Lo malo es que tenía la sensación de que iban a esperar, y seguramente mucho. Tess estrechó los ojos y cambió su semblante a uno profundo. Quería contenerse, quería callarse y frenar aquella lengua suya que tantos problemas le traían. Debía de recordar de nuevo todos los buenos motivos por los que Sam aún no estaba preparado para intimar aún más con ella. Lo tenía que hacer, sin embargo no pudo, habían bastantes dudas en su interior, demasiadas que pedían a gritos ser reveladas.
-Si no me quieres como yo te quiero a ti, si sólo te apiadaste de mí para que no me suicidase, déjame tranquila. No necesito tu compasión.
Fijó su mirada en él, esperando una respuesta clara, pero su hermano sólo se limitó a quedarse inmóvil, hasta que pareció ver que algo se agitó en sus ojos y se levantó poniéndose frente a ella.
-¿Crees que te besaría si sólo sintiese compasión? ¿De verdad piensas que me rebajaría tanto?-Tess asintió con solemnidad. Sam la cogió de los brazos firmemente, pero sin hacerle daño- Te amo, no sólo como una hermana. Me ha dado cuenta tarde, he de admitirlo, pero mejor eso que haberlo negado eternamente. Quiero ir despacio contigo, porque todavía no estoy acostumbrado a esto y se me hace difícil, aunque no imposible. Una relación no se basa sólo en rozarse y en tener sexo, para ello primero hay que conocerse más, intentar que lo nuestro se vaya formando. Además, nosotros no nos acostaremos, haremos el amor- entrelazó una de sus manos con una de las suyas- Trata de entenderlo, por favor.
Intentó pronunciar alguna que otra palabra, pero su boca sólo se abría y se cerraba. Nunca había escuchado a su hermano decir algo cómo aquello, hablar de una manera tan sincera.
<<Soy idiota>> su egoísmo, todo en ella. El esfuerzo que hacía Sam por corresponderla era más que suficiente, pero como siempre quería más y más, y por ello podría perderlo por completo.
-Lo siento- sollozó con la cabeza agachada- No me hagas caso, a nada de lo que digo.
Sam le brindó una cálida sonrisa al momento en que la abrazaba con ternura. Tess se apoyó contra su pecho. <<Ni si quiera sé cómo puedes soportarme>> pensó al cerrar los ojos.
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Bella Cielo
Non-FictionSam Way es un chico simpático que siempre trae una sonrisa de oreja a oreja en la cara. Es sencillo, amable, guapo y cuenta con una extensa variedad de amigos y conocidos. A diferencia de su hermano mayor, Tess Way es egoísta, petulante y solitari...