Sam

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Ahora

Los primeros rayos de la mañana le despertaron. Aquellos haces de luz bañaban su habitación y resplandecían directamente sobre la tez de su hermana mientras ella se dedicaba a dormitar encima de su pecho. La miró con devoción a la vez que le tocaba suavemente la mejilla con la yema de los dedos. Tess abrió los ojos casi al momento y le sonrió.

-¿Qué tal has dormido?- preguntó ésta con cara somnolienta. 

-De maravilla- la estrechó entre sus brazos, como si fuese un preciado tesoro. No recordaba la última vez que habían compartido la misma cama, hacía años que cada uno iba por su cuenta. Sólo tenía un lejano recuerdo de una vez en la que ambos eran bastante pequeños y  estaban tan a gusto juntos que ninguno de los dos quería marcharse del lado del otro. Pero eso sucedió cuando su relación era de hermanos, y no había nada más allá. 

Por desgracia, al pasar su mirada por el reloj de su brazo, cayó en algo -¡Oh, no!- dijo levantándose rápidamente, dejando a Tess totalmente confusa- ¡Son ya las once, mamá y papá deben de haber ido ya a trabajar!

-¿Y? Mejor para nosotros- lo volvió a enredar en un suave abrazo.

-Pero nos hemos quedado dormidos- Sam se revolvió nervioso- ¿y si alguno de ellos ha entrado aquí y nos ha visto juntos?

Tess puso los ojos en blanco-Sam, el pestillo sigue hechado- señaló hacia la puerta con un dedo. 

-Pueden haber entrado por el cuarto de baño... o tal vez se han asomado por la ventana- la sóla idea le aterraba. No quería ni imaginar lo que ocurriría si fuesen descubiertos; pensó en muchas maneras en las que Tess acabaría por quererle de una forma poco fraternal cuando aún no aceptaba lo que sentía por ella.

-Te preocupas tanto, hermano. Se habrán ido sin más, como siempre. 

-Y tú no te preocupas nada- recriminó con el ceño fruncido- No sabes lo que podría llegar a pasarnos si nos descubren.

-Algún día tendrán que saberlo...- murmuró con desgana, como si fuese algo de lo más normal y común.

Sam abrió los ojos como platos -¿Hablas en serio?

-No pretenderás que ocultemos lo nuestro para siempre, ¿no?- aumentó su tono y lo miró interrogante, con una pizca de incredulidad. Sam terminó agachando la cabeza, al igual que siempre hacía cuando no le apetecía responder. Eso fue suficiente para terminar enfureciendo a su hermana por completo- Ya veo que sí- dijo después de darle la espalda.

-Tess, nadie entendería lo que sentimos el uno por el otro, nuestra relación- debía de hacer que entrara en razón, pero sabía que era una tarea de lo más imposible, aunque con lo de llegar "más lejos" no le dio tan mal resultado. Por lo menos ya no se insinuaba de tal manera en la que al final acabaría perdiendo el control. 

-A mí me da igual si lo entienden.

-Lo sé, pero a mí...

-A ti sí- replicó cortante. Se giró y le preguntó con frialdad- ¿Tú me quieres, Sam?

-¿Por qué me preguntas eso? 

-Porque hay veces en las que pienso que no lo suficiente. 

Suspiró a punto de perder la paciencia, estaba ya harto de la poca confianza que le tenía su hermana con respecto a sus sentimientos. Por supuesto que la quería, la amaba, sino fuese así jamás se habría inmiscuido en una relación que tenía todo en su contra -Lo dije, lo diré y lo volveré a decir. Lo repetiré las veces que hagan falta para que te des cuenta que jamás querré a nadie como te quiero a ti, cariño- la cogió de las manos con intensidad- Y tú, ¿me quieres a mí?

Bella CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora