Sam

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Cogió el tren en dirección a la ciudad y desde allí continuó recto hasta la playa. Sam caminó a lo largo del paseo marítimo hasta encontrar por fin unas escaleras de acceso. En realidad, la playa era poco menos que eso, se trataba de un trozo de arena de escacos kilómetros adornada por basura y restos de sombrillas, el agua llegaba más lejos gracias al petróleo que perdían los barcos del muelle. Desde las escaleras divisó a sus amigos en aquel mar pestilente.

Mackenzie salió del agua nada más verlo. Vestía uno de sus bikinis preferidos y que mejor le sentaba a su estilizado cuerpo, de color marrón en diversos tonos. Se situó ante él y lo abrazó-Pensé que no vendrías, te mandé bastantes mensajes al móvil.

-Estaba durmiendo- dijo mientras le retiraba un mechón de pelo de la cara a su amiga -Hoy no me encontraba demasiado bien.

-Lo que necesitas es meterte de una vez dentro, el agua está buenísima- comentó Mackenzie arrastrándolo junto a ella.

-Todavía no me he quitado la camiseta- se quejó. Kent le saludó alzando un brazo desde dentro del agua, a su lado se estaban Jhee y Audrey subidas en una colchoneta hinchable, hasta que a Drew Easton, un chico skater de cabello castaño bastante alocado y simple, se le ocurrió tirarlas.

-¡Drew!- gritó Audrey sujetando con enfado su pelo mojado- ¡Acababa de planchármelo!

-Idiota- correó Jhee echándole una mirada asesina.

El joven, en cambió, se rió desconsoladamente- ¿Quién se mete en el agua si no tiene intención de mojarse?- giró la cabeza y sonrió a Sam, que ya casi les daba alcance.

******

Se quedó dentro al menos una hora. Estuvo persiguiendo a Jhee y a Audrey junto con Mackenzie, Kent y Drew, todos armados con algas para intentar echárselas en el pelo a las chicas; buceó un rato he hizo carreras a nado con Kent. Pero cuando la situación fue tornándose a más cuando los demás comenzaron a quitarse los bañadores en la parte profunda de la playa, Sam prefirió salir a la superficie para tumbarse un rato. Mas tarde, sus amigos siguieron su ejemplo.

Ya eran casi las una de la mañana, y a los jóvenes se les ocurrió hacer una hoguera acompañada de una ronda de hamburguesas y alcohol. Había sido divertido, tenía que reconocerlo, de seguro que si se hubiese quedado en casa las cosas no hubieran hecho más que empeorar, pero debía de admitir que no estaba igual de receptivo como siempre, algo que Mackenzie notó desde el principio. La chica lo veía distante, no como otras veces que era alegre y dispuesto para todo.

-Por cierto, Sam- comenzó a decir Audrey después de inclinar por completo su botella de vodka y dejarla media vacía- ¿Le dijiste a tu hermana lo de los baños?

La pregunta no le tomó por sorpresa al chico, pero tenía la esperanza de que aquella noche Tess no formase parte de ninguna conversación- Sí- asintió cabizbajo- no volverá ha acercarse a vosotras.

-Mucho mejor- se entrometió Jhee- esa cría debería aprender a saber con quién hablar y con quién...

-Es mi hermana- la cortó Sam subiendo el tono- No vuelvas ha mencionarla ni ha hablar así de ella delante mía.

Jhee abrió los ojos como platos, casi nunca Sam se enfadaba por algo como aquello- Yo pensaba que...

-Cállate Jhee, mejor ni hables- interrumpió Mackenzie- Lo siento, Sam. Nosotras no...

-Da igual- susurró mirando hacia otro lado.

La tensión comenzó a subir entre los amigos más deprisa de lo que tenían previsto, y un silencio aún mayor los sepultó a todos, hasta que Kent tuvo el valor de abrir la boca- Creo que hemos bebido demasiado- comentó entre risas- sería mejor que nos metiésemos en las tiendas a dencansar un poco, o si no la gente se quejará por el ruido, la fogata, y qué se yo más.

Bella CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora