Tess

4.5K 240 65
                                    

-Mentiroso- soltó sin moverse del suelo- Falso. Hipócrita. 

Sam se quedó petrificado por unos momentos hasta que dejó ver en su cara una mueca cansada- ¿A qué viene todo eso?

-¿Cómo que a qué viene?- preguntó indignada, recordando con rabia aquel fugaz gesto que había visto desde su escondite- Os habéis besado.

Su hermano se revolvió nervioso-¡Yo no la he besado!- gritó exasperado- Ha sido Mackenzie, lo ha hecho de imprevisto.

Se levantó del suelo y lo miró duramente -Pero no te has apartado.

Por su expresión, había sabido darle de lleno -Sólo ha sido un beso de amigos, nada más- trató de excusarse.

Rió con sorna -Los amigos no se besan así.

-Tess, ha sido una tontería- siguió diciendo al instante en que se acercaba a ella y le acariciaba el rostro- La próxima vez le pararé los pies, te lo prometo- sonrió levemente- Tú sabes que yo no...

Con rapidez, apartó la mano de Sam de su cara -No, no lo sé- replicó. Recordaba una y otra vez  aquella escena, no podía quitársela de la cabeza. Le habría gustado levantarse del suelo y decirle algo bien dicho a la cara a esa bruja, pero sabía que eso le perjudicaría a él. Deseaba hacerle daño y le resultaba imposible no odiarla, ella había tenido a Sam entre sus brazos mucho antes que ella misma, y no se consideraba suficiente como para retenerlo y que su hermano no volviese a caer en ellos- Siempre tiene que venir esa idiota y estropearnos el día- pensó en voz alta sin darse cuenta- Te vuelves igual de estúpido que ella.

-Vale que no te caiga bien, pero es mi amiga, no la insultes así delante de...

-¿La eligirías a ella antes que a mí?- cortó con frialdad.

-¿Q-qué?- Sam volvió a lucir aquella expresión nerviosa y de duda, tan característica de él.

-Me has oído perfectamente. A veces pienso que sí lo harías- susurró con dureza- Preferirías estar con toda esa panda de gilipollas en vez de quedarte conmigo, pues muy bien, yo no te retengo, márchate si te apetece- se volvió y le dio la espalda- A ti no te importa lo nuestro para nada, acabamos de estar juntos de forma íntima y haces como si no hubiese ocurrido absolutamente nada- ladeó la cabeza hacia atrás y sonrió sarcástica- Claro, como has hecho eso mil veces con tu puta pues esto no se compara con las veces en las que te la has...

-¡Basta ya! ¡Me tienes ya harto, estoy harto de ti!- explotó con tanta furia que Tess terminó con los ojos bien abiertos- ¿Esto es lo que quieres, Tess? ¿Pelear todo el rato conmigo y después reconciliarnos y volver a pelear otra vez?- sollozó muy triste. Sus ojos comenzaron a lucir húmedos-  ¿Piensas que eso es una relación?- paró de hablar y agachó la cabeza, parecía resignado-  Eres una inmadura y una egoísta, no estás lista para esto, aún eres una cría. 

Eso le dolió, no tanto como cuando le dijo tantas cosas hirientes seguidas, el día en que trató de suicidarse, pero dolió de todas formas. Su hermano pasó delante de ella e hizo ademán de abrir la puerta -Sam...¿A dónde vas?

-Me marcho- dijo girando el pomo- No voy a continuar así contigo, era mejor cuando apenas nos hablábamos.

También dolió aquello -Por lo que veo ya has elegido- comentó.

-¡Por supuesto que no he elegido, nunca haría eso! ¿Es que no puedes entender que los quiero de una forma diferente a la que te quiero a ti?- la examinó severamente- No...no lo entiendes, no sabes lo que es amar.

Fue lo último que le faltaba por oír -¿Y tú acaso sí?

-¡Yo no te pediría que rechazases a tus amigos para tenerte sólo para mí!

<<¿Amigos?>> pensó en su pandilla de desechos con los que se juntaba en la biblioteca y le hizo gracia creer por un instante que podrían llamarse de esa manera -Já, yo no tengo amigos- protestó sonriente- Y aunque los tuviera, sí sabría a quién poner por delante.

Sam negó con la cabeza y sin más dilación terminó abriendo la puerta. Su hermano caminó a lo largo del pasillo, en dirección a la entrada de la casa, con Tess pisándole los talones. 

-¿Sigues queriendo irte?- preguntó una vez más cuando el chico se colgó una chaqueta al hombro y alcanzaba con una de sus manos el picaporte. Sin duda se iba a ir, iba a dejar la discusión a medias, sin aclarar las cosas. No tenía intención de arreglar nada, nunca la tendría, siempre sería ella la que se enfadaría por su falta de tacto, la única que se preocuparía por su amor, la que antepondría a él por encima de cualquier cosa. Sería ella la que estaría detrás suya, su hermano nunca la buscaría. No sabía si tolerar...

-¡Hemos terminado, Sam!- chilló con todas sus fuerzas, haciéndose daño en la garganta, liberando todas las emociones que sentía por dentro- ¡PARA SIEMPRE! 

Sam soltó el pomo al momento, dejando la intención de marcharse a un lado -Tess...- susurró incrédulo. 

Pero no se iba ha ablandar, no ahora -¡VETE!- le empujó y le golpeó completamente fuera de sí- ¡VETE DE UNA MALDITA VEZ!- carraspeó cuando dijo esas últimas palabras, sintiendo las lágrimas florecer.

-¡MUY BIEN!- gritó éste con el mismo tono de voz. Se deshizo de ella y seguidamente abrió la puerta por fin para irse sin más dilación dando un fuerte portazo. 

Aún no se creía lo que acababa de decir, la gran mentira que había soltado, una de las pocas de las que se lamentaba de haber dicho. Otra vez, pensaba las cosas con detención demasiado tarde y se arrepentía en la ocasión equivocada. Tantos años soñando con aquel anhelo para ahora hacer que desapareciese. Cayó de rodillas, agarrando los bordes de su pantalón corto hasta que sus nudillos se volvieron blancos y apretando los dientes contra el labio, al poco tiempo un hilo de sangre nació desde donde hacía presión. 

Definitivamente, ella misma había destruido su propio sueño.

Bella CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora