Luego de desayunar, Stephanie se fue a la tienda de antiguedades y Mateo llevó a Victoria al colegio. Antes de bajar del auto, el castaño habló con la niña y le dejó bien en claro que ella era hermosa, fuerte, valiosa, importante y amada por Dios, por toda su familia y amigos. También le explicó que las personas que eran crueles con los demás, era porque en realidad ellos estaban sufriendo y que su forma de expresarlo, era dañando a otros.
Vicky entendió las palabras de su tío y mientras la llevaba de la mano a la entrada del colegio, en secreto se permitió imaginar que Mateo era su papá, y que junto a su mamá eran una familia completa y feliz.
Se despidió de la pequeña con un beso. La contempló alejarse y se sintió satisfecho por lo valiente que era. Verla sonreír de aquella manera, le recargaba las fuerzas también a él para continuar viviendo y luchando por ellas.
Ya se iba cuando escuchó la voz de la maestra llamándolo.
—¡Señor, disculpe...!
Se volvió y miró a la mujer acercándose. Esperó para ver lo que quería.
—Perdón por detenerlo —jadeó un poco y tragó saliva—. Solo quería informarle que, ya tuve una cita con los padres de los niños involucrados en el altercado del viernes. Pensé que su esposa vendría hoy, quería decírselo personalmente —¡tan solo imagina la cara de Mateo en ese momento!—. Pero ya que vino usted aprovecho para decirle que estén tranquilos. Nos aseguraremos de que no vuelva a pasar.
Un alto acá... La maestra era prácticamente nueva en la escuela e ignoraba que Stephanie no estaba casada. Pero al ver con regularidad a Mateo acompañar a la niña, dedujo que era su padre.
—Los padres se comprometieron a trabajar con sus hijos —continuó la maestra—. Confié en nosotros señor, Dalí. Estaremos muy al pendiente.
Dalí... Dalí... estaba claro que ella pensaba que él era Josué, el verdadero padre de Victoria. No la corrigió.
—Gracias, señorita —asintió—. Yo le paso el mensaje a mi esposa —y con una sensación poco placentera, dio media vuelta para irse.
—Señor, Dalí... —volvió a llamarlo la maestra.
Mateo se detuvo y aspiró profundo antes de volverse.
—¿Sí?
—Disculpe —sonrió amable—. Solo quería preguntarle si vendrá al evento "Conociendo el empleo de mi papá"
<<¿Al evento de qué?>> aquello lo tomó totalmente desprevenido.
El semblante de Mateo ahora estaba mucho más serio y al no recibir una respuesta, la maestra pensó que lo estaba incomodando.
—No se preocupe si no puede asistir. Yo solo...
—No, está bien. Es que no lo recordaba... ¿Cuándo es?
La maestra levantó las cejas asombrada de que él no lo supiera.
—Bueno... —dudó un poco—, es hoy.
—¿Hoy? —abrió los ojos.
—Sí, 1 hora antes de terminar las clases.
...
—Uno, dos, tres, cuatro. Se mueven hacia la derecha... Uno, dos, tres, cuatro. ¡Eso! —Lulú caminó entre sus estudiantes corrigiéndoles la postura—. ¡Excelente, chicos! —aplaudió—. Ya casi estamos listos. Nos vemos en la próxima clase. Descansen.
Stephanie observaba de lejos a la que había sido su suegra y no podía dejar de admirarla. !Era una gran actriz y bailarina! A demás, también fue su maestra y la respetaba demasiado.
Lulú se dio cuenta de la presencia de Stephanie y no demoró en bajar del escenario e ir a saludarla.
—¡Stephanie! ¡Qué sorpresa! —se abrazaron—. ¿Cómo estás? ¿Hoy no abriste la tienda? Te estuve llamando el fin de semana, porque quería invitar a mi nieta a comer un delicioso pay que hice por primera vez.
Ella también sufría por la ausencia de su único hijo y trataba de aliviar el dolor despejando su mente en todo lo que pudiera aprovechar, como el reciente curso de repostería al que había entrado.
—Perdóname, Lulú. Tuve unos días complicados...
—¿Victoria está bien?
La pelirroja rompió en llanto y Lulú entendió que no era así.
De cierta forma, Stephanie se sentía culpable por todo... por no poder ayudar a su hija como quería, por extrañar con locura a Josué y creerse una inútil para hacer cualquier cosa sino estaba él a su lado. Y recientemente, por haber tenido esos pensamientos repentinos hacia Mateo; hasta creyó que estaba, de alguna manera, traicionando la memoria de su difunto esposo. Por eso fue a buscar a Lulú, porque necesitaba resarcir su error y sentirse absuelta por siquiera pensar en el hecho de darle otro padre a Victoria.
...
—¡Piensa rápido! —Melissa le lanzó a Mateo una venda enrollada.
El castaño que se encontraba perdido en sus pensamientos, miró la venda caer al piso. A penas sonrió, se inclinó para recogerla y se la regresó a Melissa.
—¿Qué le pasa al enfermero que causa furor entre nuestras residentes? —dijo de forma graciosa.
Mateo se rió y negó con la cabeza. Melissa siempre sacaba comentarios que hacían reír a cualquiera. En realidad, él también lo hacía, pero no se encontraba con el mejor ánimo.
—¿No me vas a decir lo que te pasa?
Guardo silencio unos segundos antes de responder.
—Hoy pensaron que Stephanie era mi esposa...
—¿Cómo? —preguntó asombrada.
—Sí, la maestra de Victoria me confundió con Josué.
—¿Con Josué? Pero...
—Tiene poco en el colegio. Seguramente no sabe la situación.
Ahora fue Melissa la que guardó silencio.
—Josué fue un amigo entrañable y no me molesta que me confundan con él —terminó de acomodar los jarabes y cerró la vitrina—. Pero si quiero ser alguien en la vida de Stephanie, no me gustaría estar bajo la sombra de nadie... no sé si me explico.
—Te entiendo.
—Él ya no está y quiero abrirme mi propio camino hacia ella —tragó pesado—. No porque Josué me lo pidió, sino porque de verdad quiero hacerlo.
—Amigo mío—palmeó su hombro—. Considero que ya es tiempo de que lleves las cosas a otro nivel —suspiró—. Nadie tiene más derecho que tú para atreverse a dar ese paso —le dio un ligero empujón—. ¡Animo! Sabes que todos te apoyamos y sabemos que, si hay alguien que merece estar al lado de esas dos bellas mujeres, eres tú —sonrió.
Mateo la miró y le devolvió la sonrisa.
—Gracias, Melissa. De hecho, hoy tengo mi primer evento para padres.
—¿Ah, sí? —se cruzó de brazos sorprendida.
—Sí. Hoy es el evento de "Conociendo el empleo de mi papá" —formó el título con las manos.
—¡Wow! Sí que vas rápido... Pero —frunció el ceño—. ¿Stephanie te lo pidió o fue Victoria quien lo hizo?
Él volvió a sonreír y negó con la cabeza.
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VOLVER A AMAR © (Libro #3)
RomanceLas cicatrices son aquellas marcas que quedan después de que una herida ha sanado. Estas pueden ser de distintos tamaños, formas, texturas y colores. Son el recuerdo de lo que un día dolió. El vestigio de la batalla librada. Algunos dan fe de que co...