Capítulo 1: Cuando pase el temblor

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Los labios de Matías eran suaves y casi siempre sabían a menta con tabaco debido a que le gustaba fumar. Valentino se separó lentamente de Matías para mirar sus ojos azules tan preciosos como dos zafiros que lo miraban como si fuera lo más especial del mundo, como si él fuera el sol de su universo.

Matías lo volvió a tomar del cuello para acercarlo y darle besos juguetones que hicieron a Valentino sonreír.

Su teléfono celular comenzó a sonar y Valentino se puso de pie para contestar.

—¿Aarón?— preguntó Valentino mientras sostenía el celular cerca de su oreja.

—Hermano ¿estás en casa?— indagó su hermano mayor.

—No, aún no estoy en casa— Valentino rascó su cabeza.

—Vi tu auto al frente de la casa de los vecinos.

—¿Mi auto? Ah sí, está en la casa de los vecinos, pero es porque...— debía pensar en una excusa rápida para evitar que Aarón lo descubriera —sabía que ustedes iban a venir y necesitarían espacio para sus autos— comenzó a caminar de un lado a otro.

—Ok, escucha, tengo grandes noticias para ti y ya no puedo esperar para decírtelo todo— Aarón hablaba deprisa —creo que te hemos conseguido la oportunidad de tu vida y Rebeca ya lo sabe y está aquí para decírtelo ella misma, así que ven ahora mismo.

—¿Ahora? ¿De qué oportunidad hablas? ¿Rebeca? Habla más despacio, no entiendo nada.

—Te lo cuento todo cuando vengas, pero date prisa.

—¿Es urgente?

—¡SÍ ES URGENTE, NO SEAS TONTO Y VEN!— Valentino se alejó cuando la voz de su hermano gritó.

—Está bien, está bien, voy ahora— se detuvo para mirar a Matías que lo miraba con curiosidad en la cama —ok, voy para allá, adiós.

—¿Qué quería?— Matías se puso de pie.

—Quiere que vaya a la casa para hablar de un tema muy importante, se escuchaba emocionado— Valentino miró su teléfono confundido.

¿Qué era eso tan importante que su hermano quería decirle?

—Quizá vas a ser tío...— el comentario de Matías sacó de sus pensamientos a Valentino.

—Créeme, nadie en esa casa quiere tener hijos, incluyéndome— Valentino sonrió —ven con Sarah a la hora de la cena ¿de acuerdo?— se acercó para besar a Matías por última vez y luego guardó el boleto de avión que Matías le había comprado dentro de su chaqueta.

—Ok, te quiero— Matías sostuvo su mano hasta que Valentino subió por la baranda del balcón y se alejó.

"Yo también te quiero a ti"

Estar en su casa era algo muy extraño ahora, se había acostumbrado tanto a estar en la casa de Matías que ahora su hogar se sentía un lugar desconocido.

Valentino caminó por la casa hasta llegar a la sala donde se podía escuchar a su familia murmurando y riendo.

—Ahí viene— murmuró la voz de Rebeca entre risas.

Al entrar a la sala, de pronto Eva y Rebeca saltaron sobre él para llenarlo de abrazos lo cual dejó más confundido a Valentino.

—¡Felicidades!— gritó Eva cerca de su oreja.

—¿Por qué?— preguntó Valentino —mi cumpleaños es en septiembre.

—Lo están asustando, dejen que yo le explique todo— pidió Aarón haciéndose paso entre las dos chicas —ven siéntate, porque estoy seguro de que la noticia hará que te desmayes.

Arriba del ContinenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora