JOLVIÁN
Una vez que termino de bañarme, me doy cuenta de lo que he hecho.
Estoy en el baño de Daniel, y, una vez que salga, dormiré con él.
Sí, exactamente eso. Dos sentimientos me abordan en este preciso momento; el miedo y la emoción. Es confuso, me emociona dormir con él, que me abrace y me bese, pero también me da miedo que me guste tanto que pronto lo vea como algo cotidiano y al final resulte que Daniel solo quiere otras cosas de mí.
Yo no quiero eso. No ahora, pero quiero dormir cómoda y la única cama cómoda es la de él.
—Dame campo. —Trato de que todo sea tranquilo y normal cuando regreso a la habitación. Daniel está acostado en medio de la cama, viendo su teléfono. Cuando me ve, me sonríe y yo siento escalofríos que intento calmar para acostarme.
—¿Segura que quieres dormir aquí? —Me mira desde su lado de la cama una vez que yo estoy cobijada y muy cómoda.
—Si quieres me voy.
No me voy a ir a ningún lado, esta cama es maravillosa. Mi espalda la ama.
—No se trata de eso, mujer. Anda, descansa, voy a bañarme. —Se ríe y luego se levanta para quitarse la camisa y se va al baño. Unos segundos después escucho la regadera.
Yo trato de agarrar aire. ¿Cómo era que se respiraba? Creo que no me acuerdo, me siento alterada, pero a la vez todo está bien. En verdad no sé bien cómo interpretar todo el revoltijo de sentimientos que tengo en este preciso instante.
Me acomodo bien en la cama cuando escucho que la regadera se ha detenido. En mi posición, rápido me pongo a modo de darle la espalda a Daniel para que no vea que aún estoy despierta y quiera mencionar algo. Ahora la vergüenza también está conmigo.
—Ya te dije que no sabes fingir estar dormida. —Siento cómo la cama se inclina hacia atrás y de pronto tengo sus brazos alrededor de mi vientre. El bebé se mueve con su tacto—. Ey, alguien está deseándome las buenas noches... Buenas noches, chiquitín.
Mi corazón comienza a latir y la emoción es la protagonista.
—Aún estoy conmocionada de que se haya movido —comento y pongo mi mano junto a la de él en mi vientre—. Sentir que está ahí me hace desear que ya nazca para poder agarrarlo a besos y abrazos.
De nuevo se mueve.
—Míralo, chiquitín también quiere eso. —Siento un beso en mi nuca—. Y yo también.
No sé si habla de agarrar a besos y abrazos al bebé o de que yo lo bese y abrace a él.
No voy a preguntárselo.
—A todo esto, ¿cómo se va a llamar?
Me ayuda a girar para verlo a la cara.
—Realmente no sé. —Me río—. No he pensado en eso, ni cuando planeaba embarazarme algún día.
—Ve pensando. —Besa mi boca un segundo—. Recuerda que te quedan menos de cinco meses para pensar eso, y también recuerda que llevará un nombre bonito.
Me concentro en que comienza a dejar pequeños besos desde mis labios y así mientras baja a mi cuello. Su tacto es tan caliente que pronto me siento envuelta entre mi excitación y la suya. Un gemido se escapa inevitablemente de mi boca.
Mierda.
—¡Daniel! —Lo regaño y él solo se ríe, separándose para verme la cara toda roja—. No hagas eso.
—Lo siento, mi chula, ya no lo haré.
No lo dice convencido. Más bien se nota a leguas que espera que le pida que lo vuelva a hacer. Por lo que decido desviarme del asunto.
ESTÁS LEYENDO
Un techo para compartir contigo© [Todo contigo #1] DISPONIBLE EN PAPEL
RomanceDISPONIBLE EN FÍSICO POR AMAZON Jolvián está embarazada... y el hombre que más odia quiere ser el padre de su hijo. *** Jolvián Flores está embarazada de Francisco, el idiota que la dejó el día de su boda. Y para su desgracia, la suerte no está de s...