DANIEL
—Todo va a estar bien, mi chula, respira, como dijo la doctora...
—¡Cállate! —Llora, pero yo sé que no es solo de dolor físico. Y a eso, agregarle que está asustada—. ¿Por qué llegó contigo? No, mejor no me lo digas, me da igual.
—Amor, por favor, sabes bien que ella me besó, yo la aparté, además sé que me escuchaste decirle todo.
Vuelve a gritar por otra contracción, ya son más seguidas que cuando salimos de casa.
—Solo cállate, que hables me hace enojar más, pero también no sé qué hacer, tengo miedo —dice cuando la contracción se detiene y la deja débil—. Escucha, un rato antes, ella me dijo un montón de estupideces, le di una cachetada, y aun así no hago drama con eso porque confío en ti, dijo que... ¡Ah!
Otra contracción.
—Creí que al menos le pondrías un alto cuando entró como si nada. ¡Lleguemos al maldito hospital, esto duele horrible!
Acelero y pronto visualizo el hospital y pronto estoy ahí.
No espero a que venga alguien cuando Jolvián advierte a todos que necesita ayuda porque va a tener un bebé, yo la llevo cargando hasta que nos topamos con los asistentes.
Una enfermera se la lleva en una silla de ruedas y a mí me prohíben la entrada más allá de la sala de espera. Camila y Eric llegan a la media hora de que se llevan a Jolvián. La verdad eso me confunde porque en el camino no tuve ni tiempo de llamar a nadie ni mucho menos se me ocurrió hacerlo desde que llegamos.
—Alexa nos dijo que estaban aquí —dice Eric—. Llegamos a su casa y ella estaba muy quitada de la pena sentada en el sofá, primero nos mintió diciendo que habías echado a Jolvián para que ella viviera contigo y que la estabas llevando a la central de autobuses.
—Sí. —Camila me da un zape y reniega mi nombre—. Y quiero que sepas que la saqué de las greñas de la casa y la obligué a decirnos lo que pasaba. No vas a ser un cabrón con Jolvián de nuevo, Daniel Mendoza.
—Cam, todo lo que dijo es mentira, es la segunda vez que la veo y ya volvió a arruinarme. ¡Yo amo a Jolvián, Camila, le compré un anillo!
Le explico lo que ha pasado en estos últimos días que apareció de nuevo en mi vida con su estúpido mensaje. Lo que me dijo y su pretexto idiota para querer volver conmigo. Incuso lo que dijo papá. Camila me da otro zape y me dice que no debí dejarla entrar a la casa y yo por supuesto que le doy la razón.
Una hora entera después, aparece un doctor junto a la ginecóloga de Jolvián, caminando por el pasillo en dirección a la sala de espera.
—Familiares de Jolvián Flores.
—Él es su esposo —dice Camila porque yo no puedo ni moverme.
—Muy bien, muchas felicidades, señor, es padre de un sano y fuerte niño, le hicimos los debidos chequeos y no presenta ningún problema.
—Eso me alegra mucho, doctor —digo, amortiguado—. Pero dígame si ella también está bien y si ya puedo verlos.
La ginecóloga me sonríe y asiente, asegurando que incluso ya revisó ella misma a Jolvián y que ella también está muy bien. Que fue parto normal y que fue sorprendentemente rápido.
El doctor me indica por dónde ir. Yo solo sé que incluso me adelanto un poco a él. Necesito verla... verlos. Siento que ha pasado una eternidad.
Me hace lavarme las manos y me pide entrar a una habitación. Entonces por fin los veo. Ella tiene su cabello alborotado y el bebé está cubierto con una sábana azul.
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Un techo para compartir contigo© [Todo contigo #1] DISPONIBLE EN PAPEL
RomanceDISPONIBLE EN FÍSICO POR AMAZON Jolvián está embarazada... y el hombre que más odia quiere ser el padre de su hijo. *** Jolvián Flores está embarazada de Francisco, el idiota que la dejó el día de su boda. Y para su desgracia, la suerte no está de s...