CAPÍTULO 22

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DANIEL
 

Nuestras vacaciones terminaron más rápido de lo que pensé. Fue todo tan maravilloso que las dos semanas se nos fueron volando y estoy más que feliz de saber que Jolvián amó tanto el viaje como yo.

La rutina volvió como si nada pero las cosas se sienten completamente nuevas junto a ella, Jolvián convierte todos mis días en los mejores y cada vez se siente más cerca el día de conocer a nuestro hijo.

La cita médica de Noviembre nos volvió a mostrar que todo va bien con el chiquitín y que tal parece que nacerá muy sano. La barriga de mi chula se nota muchísimos más y se ha vuelo más sensible y hasta enojona, pero en estos días, que hemos estado con los preparativos para Noche buena en casa de mis padres, está contenta y solo se ha quejado un par de veces por lo pesado que se comienza a sentir su pansa y de cuánto le duele la espalda.

—La doctora me dijo que solo fuera por mis medicamentos este mes. —En la cena, estamos hablado de los planes para el viaje a Empalme—. Por las vacaciones decembrinas no estarán haciendo más que urgencias en el hospital, así que no tendremos el veinticuatro ocupado, podemos irnos en la mañana. Además, quiero sacar algunas cosas de mi viejo departamento.

—Genial, ¿ya pensante qué quieres hacer con él?

Habíamos hablado hace unos días sobre las cosas que aún le quedaron allá y si podríamos traerlas, pero dijo que no estaba segura de qué hacer con el departamento, si venderlo o rentarlo.

—Se lo ofrecí a Estrella para que viva ahí con su novia, dijo que le quiere pedir matrimonio, pero me dijo que ya tenía un terreno y que andaba en planes de construcción, Sandra, pues ella tiene su casa y mis papás la suya. Y rentarlo me pondría en un compromiso de estar yendo mucho para allá y creo que, una vez que nazca el bebé será difícil.

—Entonces lo vas a vender. —Termino mi comida y llevo el plato al lavatrastes. Jolvián también y me ayuda a lavar todo lo que usamos para la cena.

—Sí, ya hablé con Fernanda, dice que ella conoce algunas personas que podrían estar interesadas en comprarlo. Me llamará en unos días.

—Eso es excelente, la semana que entra puedes arreglar todos los documentos y Fernanda se puede hacer cargo de todo lo demás.

Me cuenta que, por fortuna, tiene todos los papeles en regla y que el departamento está en orden, que lo único que se debe hacer es sacar sus cosas y está libre para quien vaya a comprarlo.

—Mi familia suele tener tradiciones navideñas —comento, ya para la hora de dormir. Mientras yo acomodo la cama, ella se cepilla el cabello luego de salir de bañarse.

—La mía también, les gusta desvelarse, y, quien se duerma primero, le pintamos la cara de Grinch.

Me río. Dios, qué fuerte y extraña tradición.

—Nosotros nos ponemos pijamas y hasta el 25 nos ponemos ropa elegante.

—Son menos drásticos. —Termina de cepillar su cabello y se viene a acostar en la cama donde yo ya me he acomodado en mi lugar. Jolvián se monta a horcajadas en mí mientras se ríe de lo que acaba de decir—. Ya compré tu regalo de Navidad.

Se mueve un poco de atrás hacia adelante, provocándome, la garganta se me seca en segundos.

—¿Me vas a decir qué es?

—Claro que no, lo sabrás la otra semana, ya está envuelto y bajo el árbol, en casa de tus padres. Lo mandé con Fernanda, porque estaba segura que intentarías abrirlo.

Esta vez yo ayudo a que su pelvis se mueva en círculos en ese punto exacto. Cuando nota mi excitación, suelta un ligero gemido que me vuelve loco.

—Qué bien me conoces, mi chula. —El movimiento es cada vez más rápido.

Un techo para compartir contigo© [Todo contigo #1] DISPONIBLE EN PAPELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora