Capítulo 7: Como dice la canción...

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Angela trató de evitar el tema lo más que pudo, pero Sarah no dejó de insistir. Hasta le contó a Luke para tener un apoyo y que finalmente les contara. Acordaron hablar de ello más tarde, cuando se juntaran en el café. Tenía tanto que explicar. Desde cómo se conocieron, hasta el hecho de que, bueno, fue su niñera.

Se sentaron los tres en la terraza, Luke y Sarah se colocaron a los lados de Angela, con la intensión de no dejarla escapar, si es que lo intentaba.

-Ok, empieza por el comienzo. ¿Cómo se conocieron? -preguntó Luke una vez que estuvieron sentados. Angela contó lo mismo que a Sarah, tratando de evitar el tema de la edad y que se conocían de hace años. Cuando terminó de contar, Luke y Sarah se miraron el uno al otro.

-Ahora viene la pregunta: ¿te gustó un novato a primera vista? -preguntó Sarah. Ambos la miraron, ansiosos por la respuesta. -Como dice aquella canción de Vaselina: "Cuéntanos, Cuéntanos" -cantó. Los tres rieron, pero Angela no estaba segura. Necesitaba un momento para pensar.

-Iré a comprar una dona. ¿Alguno quiere? -dijo Angela levantándose rápidamente, antes de que pudieran detenerla. Ninguno le respondió, dando a entender que no querían una dona. Querían la verdad. Una vez estando en la fila para comprar, Angela comenzó a replantearse su propia existencia. Sin duda estaba feliz de ver a E.J. de nuevo, era un chico maravilloso, pero...¿y si ellos tenían razón? No, no quería pensar en eso. Pidió su dona y le dieron su cambio. Mientras lo guardaba, tiró un billete y antes de que ella pudiera, alguien más ya se había agachado a recogerlo. Cuando se lo entregaron, volvió a quedar pasmada. -Oh, gracias. Que torpe...¿E.J.? -exclamó Angela sorprendida.

- ¿Angela? - respondió él con la misma expresión de sorpresa. - ¿Acaso me estás siguiendo? -preguntó a modo de saludo. Ella lo vio con ironía.

-Estaba a punto de preguntarte lo mismo- respondió Angela. Se quedaron viéndose el uno al otro, hasta que llegó un chico de cabello rubio rizado a sacarlos de sus burbujas mentales.

-Hey, E.J. estaba...oh. ¿No me vas a presentar a tu amiga? -dijo el muchacho rubio. E.J. por fin reaccionó y se reconectó a la realidad.

-Emm, sí, claro. Angela, él es Ted, mi compañero de cuarto. Ted, ella es Angela. Era mi...es una vieja amiga- respondió. Angela notó como ocultó, casi que descaradamente, el hecho de que era su niñera. Y estaba aliviada. No necesitaba esa incomodidad. Después de presentarse, Angela los invitó a sentarse en su mesa, pero en poco tiempo se dio cuenta del error que cometió.

-Oh, tú debes ser "el chico". Angela nos contó mucho sobre ti- dijo Sarah en cuanto los vio acercarse. Evidentemente, intentaba tomarlos desprevenidos. Angela le lanzó una mirada asesina para que se detuviera. Y tal como lo pensaba, E.J. cayó en su trampa.

-Oh, bueno. Espero que sólo te haya contado lo bueno- respondió E.J. de forma tierna y tímida a la vez. Una vez sentados, E.J. y Angela fueron víctimas de un auténtico interrogatorio. Y muy probablemente, sólo era el comienzo...





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Asalta cunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora