Capítulo 15: ¿Qué seremos?

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Angela había llegado varios minutos antes al café. ¿Por qué? Ni ella misma lo sabía. Mientras estaba ahí sentada, observaba a su alrededor. Había tres o cuatro parejas hablando entre ellos y riendo. Se veían tan adorables. ¿Acaso eso le esperaba? ¿Acaso eso quería? Pero, era Ethan. Cuido de él por tanto tiempo. Era casi como su hermano. Y tardaría mucho en borrar esa imagen de su cabeza.

-Lo siento mucho. Perdí la noción del tiempo- saludó E.J. sacándola bruscamente de sus pensamientos. Se sentó frente a ella y la miró de forma tan inocente, tan fresca. Era encantador por donde se viera.

-No, no te preocupes. Yo me apresuré a llegar- respondió ella. Se miraron durante unos instantes para después romper esa situación incomoda con una risa tierna. -Creo que ninguno sabe cómo empezar el tema- dijo ella de forma nerviosa.

-Cierto...quizás es porque nunca pensamos que esto llegaría a suceder. Cuando te fuiste yo era...- dijo E.J. pero no se animaba a terminar su frase.

-...un niño- terminó Angela. Parecían estar pensando lo mismo. Y era cierto. La sonrisa en el rostro de él confirmaba que eso iba a decir. -Pero, ya no somos eso. Somos adultos. Y podemos tomar decisiones de adultos- comentó. Ambos volvieron a mirarse con aquellos ojos llenos de ilusión.

-Aún así, piensa: ¿Cuántos años tenemos sin vernos? Sé que hay cosas que nunca cambian, pero hay otras que...cambian totalmente- comentó E.J. bajando la mirada. Angela entendió que tenía un par de traumas que sucedieron durante el tiempo que ya no se veían. Ella tomó su mano y le sonrió.

-No tenemos prisa. Las cosas deben hacerse con calma. Podemos simplemente...salir. Como amigos. Explorar el terreno, por así decirlo -sugirió Angela. E.J. sonrió tras escuchar la idea, confirmando que ambos estaban de acuerdo. ¿Podía aquello ser el inicio de algo bello? Angela no lo sabía y no tenía prisa por saberlo.


***


Teddy sufrió toda la semana tratando de mantenerse en las mejores condiciones posibles para salir con Luke. El café que habían tomado la semana anterior fue una mera excusa para organizar una cita apropiada. Si bien a muchos les hubiera ayudado el tener esa exactitud del cuándo y el cómo, a él no. Lo único en lo que pensaba era en mantenerse aseado, bajar su consumo de carbohidratos para no tener rebotes inesperados y mantener su cabello lejos del agua y el viento lo más posible.

Eso, junto con la batalla que libró con su guardarropa decidiendo qué se pondría. Se vistió lo mejor que pudo, pero sin parecer que planeó qué ponerse. Trató de arreglar los rizos de su cabello, pero aquello era como pelear contra un nido de serpientes. Se miró al espejo una última vez antes de salir rumbo al café donde acordó verse con Luke. Había llegado antes de la hora. ¿Había llegado demasiado temprano? ¿Estaba siendo demasiado paranoico? 

-Llegaste temprano- dijo una voz muy varonil detrás de él. Teddy se dio la vuelta rápidamente y vio a Luke parado detrás de él. Llevaba su cabello recogido de forma muy perfecta. Llevaba una chaqueta de mezclilla sobre una camiseta negra, además de un pantalón de mezclilla negro y unos snickers azules. Cuando los ojos de ambos se cruzaron, Luke tan sólo tuvo que sonreírle y de pronto, todo el nerviosismo de Teddy desapareció en un santiamén. 

-Suelo ser algo apresurado- respondió Teddy con dulzura. Tras pedir los cafés, ambos fueron a sentarse en la terraza. Se sentaron uno frente al otro,  dándoles una perfecta vista a los ojos del otro. 

-Debo confesarlo, estaba algo nervioso- comentó Luke mientras reía de forma nerviosa. Teddy estaba sorprendido. ¿Por qué estaría nervioso? Mejor dicho, ¿en realidad lo estaba? Se veía tan seguro y lleno de confianza. -Tuve que luchar con mi guardarropa para elegir algo presentable. Sobre todo porque tú tienes muy buen gusto- agregó. Estaba completamente sorprendido.

-No te preocupes. Es difícil que algo se te vea mal -respondió con cierta picardía. ¿De dónde había sacado esa valentía? Cuando coqueteaba solía ser discreto, pero aquello había sido tan directo. Él le lanzó una masculina sonrisa para luego postrar delicadamente su mano sobre la de Teddy. Dios, era encantador.

-Cuéntame, ¿tienes pensado unirte a alguna fraternidad o a algún club mientras estudias? -preguntó Luke con serenidad. La calma en sus ojos y su voz, su delicado tacto. Así debía sentirse el paraíso. 

-La verdad es que sí, aunque no sé cuál elegir. Sólo quiero algo con que poderme distraer y desestresarme de las clases. Eso sí, unirme a un equipo deportivo está totalmente descartado- explicó Teddy. Sintió la mirada de confusión y sin decir nada, sacó su inhalador de asma para mostrarle de qué hablaba. 

- ¿Me prestas tu teléfono? -pidió Luke. Al principio no entendía por qué, pero el chico accedió al no ver un problema. Tras vagar por las aplicaciones, sus redes sociales y notas, decidió entrar a la galería de fotos. Mientras avanzaba por esta, su expresión se veía más y más sorprendida. -Estás fotos de paisajes, de animales, ¿las tomas tú? -preguntó.

-Sí, aunque, es sólo un pasatiempo. Jamás he tenido ni siquiera una cámara tal cual. Sólo uso la de mi teléfono- replicó Teddy de forma penosa. Sabía que sus mejillas estaban rojas como tomates. Pero, poniéndose a pensar se dio cuenta de lo poco ortodoxo de la técnica. Revisar su teléfono para encontrar algo en lo que es bueno y aconsejarle en base a eso. Vaya que no sólo era hermoso, sino brillante.

-Pues, con la tecnología de ahora, hay celulares con cámaras igual de buenas que una profesional -comentó Luke para luego regresarle el teléfono. -Sabes, la cobertura de los juegos del equipo de basquetbol no ha ido tan bien últimamente. El fotógrafo del periódico decidió dedicarle toda su atención al equipo de futbol americano. Le vendría bien a mi equipo tener un fotógrafo de planta. Que nos siga a los partidos, nos acompañe a los juegos de visitante. Con las fotografías que tomas, será pan comido para ti. -sugirió. Vaya que eso había sido rápido. Jamás le habría pasado por la cabeza, pero no sonaba nada mal.

-Es una gran idea, de hecho. Aunque tendría que ahorrar para comprar la cámara. Quién sabe cuanto me lleve. -replicó Teddy, un poco desilusionado. Pero, la firmeza y delicadeza del toque de manos lo reconfortó.

-Mira, por eso no te preocupes. Ve al edificio de humanidades mañana temprano, salón 307 y busca a Nora. Ella es la jefa del periódico escolar. Es una dulzura. Estoy seguro de que no me molestará que trabajes con tu teléfono hasta que consigas una cámara. Y con la calidad de fotos que tomas, el trabajo es tuyo -indicó Luke. Sonaba de lo más emocionante. Recorrer varias ciudades, y más importante, junto a ese bombón. Luke estaba que no lo podía creer. Hubiera chillado si no hubiera estado en una cafetería.


Asalta cunasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora