SEGUNDA PARTE DE "DON'T LET ME GO"
"No confíes en ella. No confíes en su familia. No caigas, Levi, sálvate de los extraños. Sálvate de ella."
Cuando la sangre del demonio corre en una guerrera samaritana, nunca será predecible lo que pueda pasar y h...
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Levi
—Yo me enamoré de ella mucho antes de que se lo dijera...
Mi caballo estaba listo, Hange no paraba de hablar acerca de encontrarse a algún titán y jugar con él, realmente me repugnaba su emoción por estos, pero la información que conseguía nos ayudaba.
Hoy las calles estaban más llenas que antes y de todas las personas que pude hacer contacto visual, lo tuve que hacer con ella.
Me topé con sus profundos ojos cafés.
No era una niña, quizá una adolescente, alcanzando la segunda edad quizá, pero lucía joven. Era una recluta, lo noté de inmediato en su chaqueta.
Su piel era de un color inusual, nunca había visto a alguien con piel color café, su largo cabello castaño caía por sus hombros, debo de admitir que me pareció hermosa. Pero sobretodo inusual, yo solía intimidar a todo aquel que se me cruzara o me desconociera, pero esta vez fue al revés.
Como si su intensa mirada y cálida sonrisa no fuesen suficientes, tuvo que guiñarme el ojo y reírse después.
Tuve que voltear de inmediato y concentrarme en no sonrojarme. ¿Quién era esta mocosa y por qué había provocado esto en mí? Seguramente terminaría con los de guarnición o policía militar, no tendría que preocuparme por ella.
El mundo conspiraba en mi contra, perdí soldados y como si no fuera suficiente Trost cayó, nos necesitaban.
A lo lejos, en mi llegada al distrito de Trost, pude ver al humano emanar de aquel titán, luego otros dos titanes dirigiéndose a él.
Tenía que salvarlo a él y al chico rubio, dispare mi equipo de maniobras en su dirección, alguien mas se me adelantó pero no fue lo suficientemente rápida, era ella de nuevo. La recluta de la mañana.
Lucía como la mierda, sin embargo se arriesgó para atacar a los titanes que se acercaban, iba a lograrlo, pero muy tarde. Tuve que hacerlo por ella.
Jamás creí que sentiría lástima por alguien que desconocía, mi intento por salvarla hizo que su cable le lastimara terriblemente su brazo, la sangre no dejaba de brotar.
La salvé y por ese accidente supe su nombre.
Alice Idomani.
Fue la primera vez que escuché acerca de ella, era un nombre popular en las altas clases de Stohess, pero estaba seguro que ninguna se comparaba con la bella soldada que había lastimado. Me preocupaba que aún empapada en sangre me pareciera hermosa.
