Una herida abierta

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—¡Chicos!—los llamó Alice lanzándose a ellos. Sus rodillas deslizaron por el piso y los tres la miraron con sorpresa.

—Alice...—murmuró Jean alejándose de Connie, de inmediato la abrazó.

Sasha apartó bruscamente a Jean de Alice haciéndola caer al suelo, la abrazó con ganas y Connie se unió a ellas. Alice los abrazaba con fuerza, los había extrañado.

—Me alegra que tu también hayas vuelto—murmuró Jean frente Alice hacia Dan, su guerrera le sonrío a su alto amigo.

—¿Yo también puedo abrazar a mi mejor amiga?—preguntó alguien por detrás de ellos.

Alice alzó la vista lentamente hacia la voz, aquella cabellera plateada no la había visto en años, sus ojos se abrieron en sorpresa y preocupación.

—Shotaro...—murmuró Alice. Shotaro también había peleado.

Sasha y Connie la ayudaron a levantarse, Alice corrió a los brazos de su alto amigo que ahora vestía los colores de la Legión, él la recibió con un fuerte abrazo.

—¿Por eso te disculpaste esa vez?—preguntó Shotaro en un susurro casi inaudible, los soldados seguían celebrando.

—Sí—contestó Alice para que él solo escuchara—Los extrañé a todos, en serio—dijo ella con una leve sonrisa mirándolos. Estaban atrás de los demás soldados.

—Debo de admitir que no me sorprendió—habló en voz alta Shotaro—Siempre supe que tu vida era para algo más...

—Basta, Taro—murmuró nerviosa mientras que su amigo la veía con una ligera sonrisa—Pero, ¿por qué te has cambiado de régimen? ¡¿Por qué haz peleado tu también?!—preguntó preocupada como si fuese su madre.

—Vaya, al parecer no cambiaste nada, Alice. Te sigues preocupando por Shotaro como si aún fuéramos reclutas—dijo Connie con sus manos sobre su cintura, al instante recibió un golpe de Sasha.

—¡Sí ha cambiado!—exclamó Sasha señalando a Alice—¡Ve sus brazos! ¡Te has vuelto más fuerte!—dijo mientras ella flexionaba sus brazos, Alice rió.

—Entrené muy duro en el Imperio—contestó ante el halago de Sasha—Pero esperen, ¿por qué ya no eres policía militar?—preguntó preocupada mirándolo.

—Es muy obvio, Alice. Fue por ti—contestó Shotaro apuntándola con el dedo—¡Desapareciste! ¡Y de la nada aparecieron soldados usando ese mismo broche, con botes, municiones y grandes técnicas de combate!—exclamó incrédulo apuntando a su broche de luna.

—Oh... Han pasado muchas cosas, ¿no?—preguntó Alice mientras se avergonzaba de ser la causa de que Shotaro haya cambiado.

—Descuida, Alice, solo fuiste un factor. La verdad se estaba volviendo aburrido allá dentro y toda la Legión se divertía acá fuera—contestó Shotaro abrazándola por los hombros.

—Tu has pasado por muchas cosas—dijo Jean sujetándola—¡¿Reina del Imperio de la Luna?!—preguntó histérico.

—Estoy tan sorprendida como tú, Jean—contestó nerviosa—Pero supongo que valió la pena...

Alice veía a Dan, sus amigos voltearon a ella y asintieron, Jean la tomó por los hombros casi como un abrazo y luego se señaló a si mismo.

—Yo le enseñé a usar el equipo de maniobras—dijo con una sonrisa siendo un fanfarrón, Alice sonrió.

—Eso explica como se volvió tan buena con él—contestó en voz alta halagando a Dan—El fue uno de los mejores de la clase cuando nos graduamos como soldados—luego jaló a los demás con sus brazos—De hecho lo fuimos todos—dijo con una enorme sonrisa.

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