Como debería ser

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El plan de los líderes había fracasado terriblemente, después de que Alice desapareciera esperaban su regreso con ansias para mandarla devuelta al Imperio. Sin embargo parecía que no hubo rastro alguno sobre su asqueroso plan con ella.

—Me dirán ¡¿Dónde mierda está Canek?!—gritó Ikal furioso golpeando la mesa con su puño, esta se rompió—¡¿Dónde chingados esta Alice?! ¡¿Dónde está él?!

—No encontramos rastro alguno de Canek, parece que ni siquiera llegó con la reina, líder Ikal—informó uno de sus soldados con la cabeza baja frente a él.

—Ese cobarde probablemente huyó de la única tarea que tenía—bufó Nikté cruzándose de brazos—Le otorgamos la manera más eficaz de regresar a su puesto de líder e incluso como un Tlatoani y lo desperdició.

—Sólo tenía que embarazar a Alice para que el nuevo heredero tuviera su sangre, ¿y qué hace? ¡Huye cómo el cobarde que es!—gruñó Ikal lanzando lejos los objetos de la mesa.

—Suficiente Ikal—bufó Nikté levantándose de su asiento—Tendremos que encontrar a Alice, la lista de los futuros líderes la tienes tú. Alguno podrá tener buena sangre para el futuro heredero.

—Ya no hay tiempo, Zeke empezará su plan de eutanasia en cualquier momento—murmuró preocupado—Con eso perderemos la sangre real. La de ella y su maldito hijo también.

—Entonces, ¿ahí muere la sangre real?—preguntó Nikté en voz alta—¡¿Dejarás que ahí culminé?! ¡¿Por culpa de otro eldiano?! ¡Encuentra a Alice y haz que alguno de estos idiotas la embarace!

Ikal observó a Nikté con sorpresa, era más joven pero de carácter maduro, siempre se lo recordaba y más con sus acciones.

—He conseguido mi libertad, Ikal—murmuró Nikté acercándose a él—No la perderé de nuevo.

La puerta del pequeño cuarto fue abierta, había un mensajero del Imperio.

—¡La reina Alice está en Shiganshina!

♔♚♔

Sus pasos eran imponentes sobre la madera de aquella casa, eran seguidos por sus guerreros y ambos líderes caminaban con inseguridad de lo que pudiese pasar. Como siempre Yamil estaba afuera de la puerta de su monarca junto a otra guerrera.

Ikal ni si quiera pidió permiso para entrar, las pasó y entró de inmediato al igual que Nikté, seguidos de sus guerreros. Yamil intentó detenerlos pero al ver a Alice frente a la puerta entendió que los estaba esperando.

—¿Dónde estabas? ¡No había rastro tuyo y no sabemos dónde está Canek!—gritó Ikal molesto.

Alice volteó a él con una leve sonrisa guardando la foto de Damián, fue descarada al hacerlo, todos vieron aquel papel.

—Solo era una reina descansando de su pesada labor—murmuró cruzándose de brazos—Ustedes hicieron el trato con Paradis por mí, ¿no? No creí que si me tomaba un tiempo, ustedes se preocuparían...

El repentino cambio de voz por parte de ella sorprendió a ambos líderes, Nikté la miró con preocupación acercándose hacia la mesa pues sobre esta, estaban las ropas reales de Alice.

—¿Por qué has puesto esto aquí?—preguntó Nikté confundida. Alice observó la ropa y sonrío.

—Ya no la necesito. Me quedaré en Paradis—dijo y la mirada de todos los samaritanos presentes cambió por miedo.

—No, no, no—dijo Ikal desesperado—Eres Reina del Imperio. Después de la guerra regresarías al Imperio con...—se detuvo al no poder completar la frase.

Demon's BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora