Cambiar o hacer el Cambio

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La gente volteaba a ella con sorpresa y preocupación pues sangre escurría por su brazo, había destruido la palma de su mano para evitar hablar sobre el plan de Zeke frente a Levi. Fue otro pequeño sacrificio para continuar con el gran cambio que se venía.

—¡Alice! ¡Alice! —la llamó alguien por detrás, ella volteó de inmediato hacia el llamado, era Canek. Volteó los ojos molesta ante su presencia—¡Alégrate un poco, has vuelto! —exclamó él y antes de que se acercara ella se alejó.

—No, espera ahí—bufó mientras desvendaba su mano izquierda, Canek observaba con sorpresa su mano sangrante—Así que las emociones fuertes inhabilitan temporalmente el instinto, eh—murmuró molesta mientras vendaba su mano sangrante.

—Eventualmente lo sabrías—contestó con descaro Canek acercándose.

Alice asintió, comprendiendo, alzó su pie y este se estrelló contra la el abdomen de Canek, se flexionó por el dolor y la rodilla de Alice se estampó contra la cara del ex líder, cayó al suelo por los golpes de la morena.

—Y eventualmente te derrotaría—bufó molesta, la mano le punzaba—¿Qué quieres? —preguntó irritada comenzando a caminar, no había ningún miembro de la Legión que la estuviese esperando.

—Venía por ti, los líderes esperan tu presencia en el castillo de la policía militar—dijo atrás de ella mientras se levantaba.

—Así que tú me escoltarás—bufó molesta.

La habían dejado relativamente cerca del castillo, no tardaría mucho si iba caminando. Recibía miradas de la gente, en sus manos tenían periódicos, leían el informe acerca de la declaración de guerra. No utilizaba los colores del Imperio, lo único que avisaba que ella era la Tlatoani Alitzel, era el broche de la luna sobre su gabardina, pues la medalla de la Legión aún no la recuperaba.

—¿Dónde estabas anoche? Se suponía que tu dirigías a las tropas del Imperio—dijo Alice a Canek con aparente molestia.

—Observaba todo desde arriba con Hange. No pude adaptarme al equipo de maniobras, Alice—contestó y Alice rodó los ojos.

—Entiendo, yo tampoco pude adaptarme a las técnicas de pelea del Imperio, implementé las mías—murmuró y Canek la miró confundido frunciendo el ceño.

—¿De qué hablas? —preguntó sin entender.

—Nada, nada...—dijo abriendo la reja del castillo.

Al entrar fue recibida por soldados del Imperio, junto a Canek. Los dirigieron hacia un segundo piso y abrieron la puerta, ahí estaban los líderes junto a Kiyomi y el General Zackly. Al entrar los presentes se levantaron de sus asientos y le hicieron una leve reverencia.

—¡General Zackly! ¡Me honra volver a verlo! —exclamó Alice haciendo el saludo de regímenes, de nuevo la venda se estaba volviendo roja.

—¡Mi reina! —exclamó una de las guerreras de Nikté, se quitaba su pañuelo rojo y largo mientras corría hacia ella. Canek se sentó en un sillón y los demás lo siguieron.

—Idomani, el placer es mío. Todo lo que has hecho por Paradis es increíble, agradecemos que hayas vuelto—dijo Zackly mientras la guerrera vendaba la herida de Alice—¿Qué te pasó en la mano? —preguntó consternado.

—Uy, peligros del oficio—contestó nerviosa y se sentó en uno de los sillones—Creo saber porque estamos aquí, Ikal, ¿anunciaste nuestro comunicado al mundo? —preguntó ella con emoción.

—¿Cuál comunicado? —preguntó Kiyomi nerviosa.

Ella estaba enterada que el año pasado Alice estuvo haciendo de las suyas como monarca del Imperio. Ikal bufó y asintió.

Demon's BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora