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NARRADOR.|pesadillas.
Sus manos daban suaves golpes contra su regazo, su mirada estaba perdida en el programa de televisión que estaba viendo hace ya unas cuantas horas; era muy adictivo ante los ojos de la pelirroja y además, la ayudaba a sobrellevar su insomnio.
— Wow..
Un susurro lleno de sorpresa escapo de sus dulces y carnosos labios al ver como se formaba una pelea entre los participantes de dicho programa.
—Que idiota.—Ahora un insulto salio de sus labios, rápidamente cubrió su boca al sentir como bucky se movía atrás de ella.
Se encontraba sentada en el piso de la sala de estar de su apartamento, buck se había quedado dormido en el sofá que estaba atrás de ella.
Lo miro por sobre su hombro, esperando no haberlo despertado con su voz o sus quejas sobre el programa.
—Buck.. Estas bien?—Susurro al escuchar como él se quejaba dormido y con cada segundo que pasaba se removía más, la estaba poniendo nerviosa.— Buck..
Justo en el instante que su mano se apoyo sobre el pecho del soldado, este se sentó de golpe quedando a escasos centímetros del rostro de la joven.
—Hey.. —Murmuro él con su respiración agitada, sudor frío baja por su frente y su mirada transmitía tanto miedo en esos momentos.
Un trueno la hizo sobresaltarse, era una situación muy tensa y el viento azotanto las ventanas no ayudaba en nada.
—¿Estás bien?—Pregunto con nervios en su voz, él la miro durante unos minutos sin decir nada.— Buck, todo en orden?—Insistió con miedo.
Nuevamente solo hubo silencio en el cuarto; lo único que se escuchaba era el viento y la respiración irregular de barnes.
—Lo siento.. —Se disculpo en un tono de voz casi inaudible.
—¿Por qué? ¿Qué pasa?
— Solo.. —La miro antes de seguir hablando.—Creí.. Creí que estabas en peligro.—Soltó sin quitar su mirada de ella.
Inclino levemente su cabeza hacía un lado viendo cada gesto del soldado, quería poder cuidarlo de todos sus malos pensamientos.
—Todo esta en orden, tranquilo.—Le aseguro antes de levantarse del suelo para poder abrazarlo con más facilidad.
—Lo siento.—Repitió.
—Buck, te amo.
Él se aferro a la anatomía de la pelirroja con fuerza sintiéndose más tranquilo al estar entre sus brazos
—Te amo. —Respondió ocultándose en el cuello de la joven, quién se sintio mucho más tranquila al saber que él se encontraba bien.
