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PETER PARKER|
La puerta del salón de castigos fue abierta por el mismísimo peter parker, su compañero de clases desde el kinder. Era algo extraño, a pesar de conocerlo desde que era una niña pequeña, no recordaba haber hablado o siquiera haber compartido una tarde de juegos en el kinder.
Lo examino detalladamente con sus ojos color miel, peter tenía todo para ser el alumno perfecto, y lo era! ¿Qué demonios hacía en el salón de detención? Ella bueno, estaba más ahí que en el salón de clases, pero ¿Él?
— Ni una sola palabra, anne.— Musitó al ver la mirada curiosa de la castaña. Quién chasqueo la lengua dejándose caer en su asiento al escucharlo.
—¿Como sabías que iba a decir algo al respecto?— Se acomodo nuevamente.— Tal vez solo estaba viéndote y me iba a mantener callada.— Soltó.
— Anne, te conozco desde el kinder y tú nunca te quedas callada, por algo siempre estas metida aquí.— Se sentó en la otra punta del salón.— Pero, agradecería que estaba vez si te mantegas callada.— Pidió antes de ponerse sus auriculares.
Wow. Esa actitud en parker era un poco extraña; pero, vamos! El mismo lo había dicho, la ojimiel nunca se quedaba callada y mucho menos si se lo pedían.
— Peter! — Entre risas se levanto de su asiento yendo al otro lado del salón, tomando asiento delante del contrario.— Estoy cuatro de cinco días a la semana aquí dentro, puedes al menos hacerme compañía un rato.. Es aburrido estar aquí sola.— Murmuro ganándose la atención de parker.
—Hoy no es mi día, anne.
Suspiro.— Eres un súper héroe! Se supone que ayudas a la gente, ¿No? Tienes que ayudarme a dejar de estar aburrida, esa es tu misión por lo que resta del día, hombre araña.
— ¿De dónde sacaste eso?— Pregunto con nervios cubriendo la boca de la castaña con sus propias manos.
— Tú lo dijiste, peter! Nos conocemos del kinder y nunca fuiste bueno ocultando cosas, no entiendo como los demás no saben sobre eso.— Murmuro con la intención de volver a su asiento.
—No puedes decirle a nadie.
— Si, como sea.— Se dejo caer en su asiento de mala gana, tenía la idea de que peter era un poco más divertido.— Puedes seguir escuchando música..
Volvió agarrar su libreta llena de dibujos, entre ellos había varios dibujos del famoso hombre araña. Le gustaba dibujar a peter, aunque eso podía considerarse algo raro.
—Anne, gracias por guardar el secreto.
Le sonrió.
—Claro, no tienes de que preocuparte..
Ahora podía decir que al menos, había tenido una charla con peter parker, antes de terminar el colegio y no volver a saber nada sobre él.
