Capítulo 2

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Al amanecer, la cálida luz del sol atraviesa el cristal de una ventana en particular, iluminando el rostro de Sam, quien en su habitación lentamente empieza a despertar. El resplandor, dejaba ver el hermoso color de sus ojos, cuando la resaca por los tragos y el golpe, la llevaban a sostener su cabeza, recordando lo sucedido la noche anterior.

Recuerda las luces del auto viniendo hacia ella, seguido de la imagen del chico amable, a quien había dejado desorientado luego de darle aquel beso. Entonces, dejó ver una simpática sonrisita en su rostro antes de volver en sí.

Annie quien estaba pendiente de Sam, la vio sonreír.

- Buenos días amiga, veo que ya despertaste ¿Cómo te sientes? -preguntó sentándose a su lado en la cama.

Sam, se lanzó sobre su amiga y abrazándola respondió:

- Discúlpame por lo de ayer. Sé que no actué correctamente. Estoy bien, sólo me duele un poco la cabeza.

- ¡No pasa nada! Lo importante, es que estás bien. -dijo Annie correspondiendo a su abrazo-. Ahora, porque no sales de la cama, te duchas y salimos a desayunar algo.

- ¡Claro! -estuvo de acuerdo Sam.

Mientras caminaban, veían las vitrinas de las tiendas y conversaban sobre algunos temas, excepto el de Berlín, el cual no se volvió a mencionar, pero sí hablaron sobre una persona en particular.

- ¿Qué hay con el chico de ayer? ¿Cómo era su nombre? ¡Oh! Sí, Matthew, al parecer te gustó.

- ¿Que dices? -dijo Sam- No, no me gustó. Él fue muy atento conmigo ayer, eso es todo.

- Pues... debió causarte una muy buena impresión, ya que le diste tu número y esa despedida [...], juro que la vi como si fuese el cierre de una película -suspiró Annie- ¡Sam! ¿Estas sonrojada? -preguntó riendo queriendo fastidiar a su amiga.

- ¡No estoy sonrojada! -contestó Sam enojada-. Es el sol, me conoces. No soy de este tipo de chicas cursis y tontas. Además, él me lo pidió, no quería ser grosera luego de como se había comportado conmigo.

- Yo creo que deberías salir con él, intentarlo con un tipo de persona diferente, él parece ser un buen chico.

Sam no pudo contener la risa.

- Sabes que, es precisamente el tipo de hombre que no me gusta, él parece un niño de mamá y papá ¡Es lindo, pero no lo sé...!

- No deberías juzgar el libro por su portada, sigo creyendo que te gustó. Vi como lo mirabas y si no te conociera tanto, me atrevería a decir que le coqueteabas.

- Tenía un golpe en la cabeza, todo parecía ser un sueño en ese momento... Ya no quiero seguir hablando de eso. -dijo Sam, tratando de excusarse, fastidiada por la insistencia de Annie.

Después de desayunar y deleitarse en el intenso sabor de una taza de café, sentadas en una mesita para dos, que los restaurantes colocaban afuera de sus instalaciones para que las personas pudieran disfrutar de la fresca brisa que ofrecía la mañana, regresaron al apartamento en donde Samantha pensaba volver a descansar por un rato más.

En ese momento, recibió la llamada de un número desconocido. Se quedó pensativa viendo sonar el celular, hasta que Annie la cuestionó:

- ¿Por qué no contestas?

- Que tal si es el chico de anoche. -respondió Sam nerviosa.

- ¡Pues con más razón! -dijo Annie tomando el celular de su amiga y contestando la llamada por ella.

Al otro lado, Matthew algo nervioso estuvo a punto de cerrar cuando notó que habían respondido.

- ¡Hola! -repitió un par de veces sin recibir una respuesta.

De una u otra formaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora