Pasaron los días y llegó el fin de semana en que irían al cine a ver la película, sin embargo, Sam no está del todo feliz.
- Annie no estoy segura de esto. -comentó recostándose sobre la cama de su amiga quien terminaba de vestirse.
- ¡Segura! ¿De qué? ¿Qué sucede? -preguntó Annie distraída.
- Ya sabes... lo de Matthew.
- ¡Aww! Sam ¿Estás nerviosa?
- No sé si son nervios. Hemos conversado mucho esta semana y lo he visto algunos días, pero siempre me siento como si fuera la primera vez en que lo veré.
- Eso es muy tierno amiga ¿Dónde quedó mi chica ruda? ¡Eh!
- Annie, basta, no me ayudas; odio de veras sentirme así. Es por eso que no estoy segura de seguir con esto -dijo Sam empezando a desanimarse.
- ¡Sam, cálmate! ¡Escucha! Imagino lo que debes estar sintiendo y te entiendo, pero han pasado dos años desde lo que sucedió y créeme, Matt se ve que es un chico diferente. Solo digo que, cuando están juntos, ustedes parecen ser el uno para el otro; te he visto estas noches abrazar esas cartas sonriendo después de leerlas.
- ¡Espera! ¿¡Me has visto haciendo qué!?
- Sí y no solo lo estoy diciendo por ti ¿Recuerdas el día en que lo viste por primera vez? Dijiste: "Me veía como si no existiese nadie más" y es así. Cuando él te ve, sus ojos brillan intensamente y es raro debido a que sus ojos son negros, pero hasta yo puedo sentir que no existe nada más en ese momento para él. Honestamente creo y viendo cómo es, que Matthew también sonríe luego de cada llamada que te hace.
Después de hacer sonreír a Samantha con estas palabras, ella respondió:
- Empezaré a cerrar la puerta de la habitación en las noches, pero creo que tienes razón, así que sigamos con esto, veamos a dónde llega.
Era temprano aún, cuando las chicas enviaron un mensaje a Matthew para avisarle que habían llegado, el después de leer el texto marco al número de Sam- Hola, discúlpame, pero aún no estoy listo, me... retrasé un poco. -se excusó avergonzado-. Si gustan pueden subir, no tardo.
- ¡Claro! Hay tiempo aún. -dijo Sam aceptando subir a su apartamento-. Annie, Matthew dice que aún no está listo y que, si gustamos, podemos subir unos minutos.
- Por mi está bien, solo que hay un problema, no hay estacionamientos disponibles. Sube tú, en cuanto encuentre uno, te alcanzo; si es que no bajan antes.
- Te dije que era muy temprano -reiteró Sam bajando del auto.
Sam subió hasta el apartamento de Matthew, él vivía en un edificio pequeño en un buen vecindario en el último piso, al estar frente a la puerta, tomó aire y tocó la puerta, estaba nerviosa cuando Matthew abrió para recibirla.
- ¡Hola! ¿Todo bien? -saludó ella.
- Sí, todo bien. Ya casi estoy listo, pasa.
- Ya veo que estás listo, pero para un domingo en la iglesia ¿En serio una camisa? -dijo Sam quien jamás lo había visto con una camiseta y trataba de esconder sus nervios burlándose de lo que Matthew traía puesto.
- Es que... no sabía que ponerme -respondió él apenado.
- Pues vamos al cine, debes tener un suéter en tu armario.
- Claro, quizás puedas escogerlo por mí, ya que siempre te ves hermosa, creo que esto de vestir es lo tuyo.
Sam rio sarcásticamente por el comentario de Matthew.
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De una u otra forma
RomanceSamantha García es una joven a la que le ha tocado vivir algunas situaciones difíciles en su vida; su mejor amiga, Annie, es su único confort. Un día ella debe marcharse de su lado y Samantha siente que su único soporte restante se derrumba, sin emb...