Capítulo 8

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- Así qué, la familia de Annie no te adoptó. -preguntó Matthew de vuelta a la casa de sus padres haciéndola sonreír.

- ¿Qué? de donde sacaste eso. -preguntó Samantha asombrada.

- No puedes culparme. -expresó Matthew­-. No habías querido hablar de esto hasta ahora, así que formulé mis propias teorías.

Sam volvió a sonreír, mientras lo tomaba de la mano siguiéndolo a través de los árboles para sentirse un poco más segura, pues ya había anochecido y el camino le parecía un poco escabroso.

- Había olvidado que tienes una gran imaginación. -dijo ella.

- ¡Oh mi Dios! -escucharon decir a la madre de Matthew que los esperaba muy preocupada-. Qué bueno que volvieron ¡Samantha, hija! ¿Estás bien?

En ese instante Sam sintió algo que no podía describir, ver como la madre de Matthew expresaba su preocupación por ella y que la llamara "Hija" era algo con lo que solo había soñado- Sí, estoy bien, sólo un poco abrumada.

- Quizá debas descansar un rato. -le aconsejó Meryl, mientras pasaban a la casa al mismo tiempo que frotaba con cariño la espalda de Sam.

- Perdóneme por preocuparla señora Meryl -dijo Samantha muy apenada antes de entrar a la habitación que le habían preparado.

- ¡Matthew! Si esa chica está embarazada, no es bueno que beba licor -mencionó Darío con mucha seriedad.

- ¡Papá! Ella no está embarazada, nosotros ni siquiera, [...] bueno ya sabes. -intentó explicar Matthew apenado.

­ - Yo solo decía. Por cierto, llamó Kevin, dice que vendrá mañana para darte buenas noticias. -continuó conversando Darío con su hijo.

En la habitación, Sam se preparaba para descansar, cuando con emoción recibió la llamada de su amiga.

- ¡Annie! Te extrañaba tanto ¿Cómo estás? ¿Cómo es Berlín? -preguntó emocionada.

- ¡Sam! me tenías muy preocupada -respondió inmediatamente Annie enojada-. Una cosa es cuando estoy cerca y sé que hacer, pero otra muy distinta es estar lejos y enloquecer sin poder hacer algo. ¡Además! ¿Dónde está Matthew? no me ha escrito, ni llamado. ¡Con una mierda! ¿Dónde estás? y ¿Qué está pasando?

- ¡Annie! ¡Annie! -trataba de interrumpir Sam entre cada frase para poder explicarle-. Estoy bien ¡Estamos bien! Lamento lo de ayer, estaba triste y no me pude contener, pero Matthew me encontró y todo está bien, estamos en casa de sus padres.

- ¿Qué? ¡En la casa de sus padres! ¿Están fuera de la ciudad?

- Sí, es una historia un poco larga, pero [...]

- ¡No importa! Quiero saber todo. -interrumpió Annie.

- ¡Ok! -dijo Sam, mientras sonreía con alegría ansiosa por contarle.

Platicaron sobre lo poco que Sam recordaba de la noche anterior, más lo que Matthew le había contado en la mañana; le comentó que había decidido contarle sobre sus padres. Parecía que no habían conversado mucho, cuando se dieron cuenta que llevaban un poco más de una hora hablando.

- ¡Sam! -llamó Matthew a la puerta- ¿Puedo pasar?

- Sí, pasa.

- Hola, sólo quería desearte buenas noches.

- ¡Qué lindo! -dijo Annie al otro lado de la bocina- Sam, hablamos mañana, descansa; estoy muy feliz por ti. -dijo al despedirse.

Samantha le había hablado sobre cómo era la madre de Matthew y como él, después de su crisis emocional, la había hecho sentir mejor en uno de los lugares más lindos que había visto.

De una u otra formaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora