Después de haber convencido a Patrick de continuar con la exhibición, bebieron con él una copa más de vino y decidieron que era tiempo de irse. Patrick le insistía a Matthew que se quedara con él o al menos reconsiderara lo que estaba haciendo al salir con Samantha. Ella y Patrick tenían una relación estima-odio difícil de comprender, a pesar de haber trabajado juntos en otras oportunidades, y conocerse desde hace tres años, seguían manteniendo el mismo trato sarcástico y bromista, como si no se soportaran, pero el fondo y aunque les costaba mucho aceptarlo, sentían un afecto especial el uno por el otro.
Al salir de la casa de Patrick, antes de subir al auto, Annie se tomó un momento y dijo-. Chicos, lamento mucho haber arruinado su cita.
- No te preocupes. -respondió Matthew a quien todo lo ocurrido le había parecido muy cómico, aunque un poco perturbador-. Fue divertido, solo que aún no hemos cenado. Sam, si quieres, podemos ir por unas hamburguesas.
- ¡Hamburguesas! Conocemos un buen sitio. -contestó Annie-. Ya que les arruiné la cita, mejor la termino de dañar por completo y voy con ustedes. Yo invito, es lo menos que puedo hacer. -continuó diciendo de manera divertida, ya que tampoco había alcanzado a cenar.
Sam, avergonzada por el comportamiento de su amiga, volteó a ver a Matthew, quien en seguida dijo-. ¡Claro! No hay problema ¡Acompáñanos!
En el camino, Sam se dirigió a Matthew-. No pensé que te gustara tanto el arte.
- Pues... siempre me gustó mucho dibujar y pintar, me empecé a interesar en algunos artistas y su trabajo, Patrick Williams es uno de ellos. Quizás hubiese podido estudiar arte, pero al llegar a la universidad me enfoqué más en el mercadeo.
- Eso es muy interesante. Sam, quien por cierto sí estudió arte, también es una gran artista. -mencionó Annie.
- ¡De verdad! Me gustaría conocer tu trabajo. -dijo Matthew emocionado por conocer algo nuevo sobre Samantha.
- No soy una gran artista, Annie exagera. -respondió ella tratando de evitar el tema.
- ¡No exagero! Tiene una colección que podríamos exhibir, pero no ha tenido la valentía de hacerlo. Créeme es buena. -insistió Annie.
- No dudo que lo sea -agregó Matthew cada vez más interesado en ella.
- ¿Qué harás ahora? -preguntó Samantha con la intención de romper el momento que la incomodaba. Ella odia que Matthew la haga sentir nerviosa y no bastaba más que un halago indirecto para lograrlo.
- La verdad no tengo otros planes. Aunque si prefieres, a mí no me importaría olvidarme del reloj por pasar más tiempo contigo.
- ¿Qué cosas dices? A veces no te entiendo. -dijo Samamtha extrañada.
- Oye Matt ¿Te gusta leer? -preguntó Annie con la intención de conocer el porqué de la forma en que Matthew se expresaba.
- De hecho, sí.
- Ves Sam, ahora todo tiene sentido y no eres de la ciudad ¿Cierto?
- No, soy de Santander, vine aquí por mi empleo.
- ¡Con más razón! -exclamó Annie-. Un día deberías sacar a Sam de la ciudad, quizá se enamore del campo y de una persona especial, hablo de ti obviamente, no pienses que está interesada en alguien más. -dijo exponiendo a Samantha de aquella vez en el parque, cuando le había querido dar a entender a Matthew que estaba saliendo con una persona.
- ¡Annie! -dijo Sam en voz alta, tratando de hacerla callar-. ¡Odio el campo y lo sabes!
- Jamás has querido ir ¿Cómo puedes odiarlo? Cada vez que mis padres nos invitan a su casa de verano, prefieres quedarte en la ciudad.
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De una u otra forma
RomanceSamantha García es una joven a la que le ha tocado vivir algunas situaciones difíciles en su vida; su mejor amiga, Annie, es su único confort. Un día ella debe marcharse de su lado y Samantha siente que su único soporte restante se derrumba, sin emb...