Mientras Sam abrazaba a su padre, Annie emocionada, decidió unirse a ellos, abrazándolos fuertemente.
- ¡Excelente! Creo que podemos celebrar el éxito de Sam y este lindo reencuentro, iré por una botella de champaña. -dijo el padre de Annie, feliz por Sam.
Después de estar más calmados, comenzaron a platicar sobre algunos sucesos. El padre de Sam aclaró, que después de unos años de rehabilitación por su problema de alcohol, había vuelto a visitarla, pero nadie en el barrio tenía claro dónde se había ido el señor Zhu y su familia, por lo que Sam le explicó sobre la mudanza, sobre el colegio al que el señor Zhu la había enviado y que allí conoció a Annie, su mejor amiga y posteriormente a sus padres.
- ¿Gusta champaña? -le ofreció Stanley, extendiéndole cortésmente una copa a Eduardo.
- No gracias, hace mucho dejé la bebida.
El corazón de Sam saltó de emoción, los recuerdos que tenía de su padre eran de un alcohólico irresponsable.
- Perdón Eduardo, no era mi intención. -se disculpó Stanley.
- ¡No te preocupes! -respondió el padre de Sam con una sonrisa, me siento orgulloso de poder rechazarlo.
Mientras tanto, Matthew sentado en la mesa de al lado, escuchaba y observaba con atención, cuando su mirada se cruzó con la de Eduardo.
- ¿Quién es este joven? -le preguntó a Sam, recordando que Matthew había protegido a su hija todas las veces que intentó acercarse ella.
- Él es Matthew, vivimos juntos.
- ¡juntos! -exclamó Eduardo asombrado.
- ¡Papá! No creerás que a estas alturas no tenga siquiera un novio.
- Es verdad ¿Qué tal es? ¿Es buen chico? -indagó Eduardo.
- ¡Es maravilloso! -exclamó Samantha orgullosa.
- Ya veo. -expresó Eduardo, después de ver en los ojos y sonrisa de su hija la respuesta.
Así, siguieron conversando durante un rato más; sobre la acogida de la familia de Annie; cómo decidió quedarse en vez de irse a otro país con la familia del señor Zhu; cómo llegó hasta ese día y cómo Matthew había sido y seguía siendo una parte importante en lo que podría llamarse "El inicio de una nueva Sam".
Se había hecho tarde y los padres de Annie ya se habían retirado de la galería.
- Creo que debería marcharme, mañana debo ir a trabajar. Me encantaría verte otra vez y que podamos seguir conversando -dijo el padre de Sam, feliz de poder manifestar aquellas palabras.
- ¡Por supuesto! Además, nosotros podemos llevarte ¿No es así Matthew?
- Es muy tarde, no quisiera incomodar, -dijo Eduardo apenado-, no quiero causar molestias a Matthew.
- Es más de media noche, insisto -dijo Sam- ¿Dónde vives?
- Tengo un apartamento al este de la ciudad. -contestó Eduardo.
- ¡Genial! Vamos entonces.
Sam se levantó de la mesa con emoción y habiendo salido de la galería, Annie y Adler se despidieron felices, por cómo había resultado el evento y el sorpresivo reencuentro de Sam con su padre, todo aconteció mejor de lo que esperaban.
Matthew, había ido por el auto, estacionándose frente a Sam y Eduardo.
- ¡Vaya! Eso sí que es un coche. -dijo el padre de Sam.
<<¿Por qué todos se emocionan siempre al ver el auto de Matthew?>> pensó ella causándole gracia lo seguido que esto sucedía.
A donde quiera que fueran las personas volteaban a ver el auto y algunas veces hasta abordaban a Matthew para pedirle su consentimiento, con el fin de tomarse una foto.
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De una u otra forma
RomanceSamantha García es una joven a la que le ha tocado vivir algunas situaciones difíciles en su vida; su mejor amiga, Annie, es su único confort. Un día ella debe marcharse de su lado y Samantha siente que su único soporte restante se derrumba, sin emb...