La primera hora de la escuela parecía pasar relativamente muy lenta. Mi mente estaba en otro mundo. Uno con el peor nombre del universo: Seth Taylor.
¿Realmente no quería besarme? ¿Tenía novia? Seguramente era eso.
Y si tenía novia ¿por qué lo hizo? ¿Y por qué mi cabeza seguía pensando en ello?
Detestaba a Seth.
En dos ocasiones la profesora de álgebra me llamó la atención por no prestar atención a la clase.
Odiaba a Seth.
-En serio amiga, ¿me dirás en dónde está tu cabeza el día de hoy?-murmuró Hannah quien se sentaba detrás de mí-. ¿O tendré que sonsacártelo?
Abrí los ojos a la par y giré mi cuerpo para ver a Hannah. Recordé aquel día, hace mucho, en primer año cuando me torturó para que yo le revelara el nombre del chico que en ese momento se había robado mi corazón.
...Mi pobre helado de chocolate y almendras...Todo fue a la basura.
-Seth iba a besarme anoche-confesé.
Hannah chilló lo más bajo que pudo. Solté un bufido. Sólo a ella le alegraría algo como eso.
-Espera...-dijo y su risa se fue calmando-dijiste iba como en pasado, ¿no pasó nada?
-No. El tonto de Seth sólo bromeaba-respondí enfurruñada.
¿Acaso quería que Seth me besara? ¡Basta de pensar en eso cerebro!
Volví a mirar las anotaciones en mi cuaderno. Sentí cómo la sangre llegaba a mis mejillas al recordar a Seth tan cerca de mí... Sus ojos azules mirándome a los míos color chocolate...
¡Alto Zoe!-.Me ordené mentalmente.
¡Basta de pensar en Seth!
-Falta información-me dijo Hannah-. Quiero saber todo sobre ese bombón y tú-escuché como se reía a costa de mi vida.
Resultó difícil pero no imposible obligar a mi cerebro a sacar a Seth Taylor de mí sistema y concentrarme en las ecuaciones de tercer grado.
-¡Pero si ese tío está más bueno que el melón bañado de crema dulce!-gritó Hannah-¿O me equivoco Ryan?-miró a mi mejor amigo.
Estábamos en la cafetería de la escuela junto con Ryan.
En el trayecto del salón de clases a la cafetería Hannah me interrogó. Básicamente ella era una profesional con eso de recolectar información y más si se trataba de mi vergonzosa vida. Le conté todo desde la inoportuna ida de mi madre (que por cierto no me había telefoneado y eso me preocupaba) hasta acompañar a Seth al club, y el no-casi-beso. Eso sí, omitiendo la parte en la que mis ojos tuvieron la terrible experiencia de ver la masculinidad de Seth.
Tenía que olvidar lo más pronto posible ese vergonzoso momento.
Le lancé una mirada a Ryan que se decidió por encogerse de hombros y seguir comiendo sus papas fritas.
-Yo sólo digo que si no te besó-continuó diciendo Hannah. Oh sí lo olvidaba, ella también se encargó de poner al corriente sobre mi vida a Ryan-es porque: o tiene novia o es gay...
-Hey-se quejó Ryan-, no por ser gay no me atrevería a besar a una chica-se defendió-. De cualquier forma sigo siendo hombre.
Rodé los ojos. ¿Cómo es que pasé a ser el centro de atención para mis amigos?
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EL INQUILINO
Teen FictionSiempre consideré que tener a un completo desconocido en mi casa no sería buena idea. Y estaba en lo cierto cuando Seth Taylor apareció. Quizá convenció a todos con su arrogante sonrisa de modelo...pero a mi no. Seth esconde algo y lo voy a averigua...