Capítulo 18

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Ryan conducía a la escuela en su auto, Hannah no venía con nosotros y en parte me alegraba. No me malentiendan, pero ella había estado insistiendo en un tema que ya no tenía importancia para mí—al menos eso quería hacerme creer—y no quería arruinar mi mañana.

Mi amigo tarareaba la melodía que se escuchaba en la radio mientras yo trataba de estudiar los apuntes de biología. El profesor nuevo siempre hacia exámenes sorpresa de los temas vistos.

Sí, había un nuevo profesor sustituto. Y a nadie del salón le agradaba, mucho menos a mí, ya que debido a él estuve en detención dos veces. Las chicas se quejaban y protestaban para que el anterior suplente regresara, incluso algunos chicos. Y en el fondo de mi corazón también quería eso. Pero solo porque entendía su clase, y además cuando había tarea podía explicármelo de nuevo. Bueno, supongo que igual lo extrañaba no solo por ser mi profesor.

Igual mamá lo extrañaba. Él había sido como un segundo hijo para ella. Mi hermano se encontraba en exámenes y por lo tanto no estaba tan comunicado con nosotras, y la partida de Seth de cierta forma la devastó.

Seth.

Habían transcurrido siete semanas desde que se marchó de mi casa, de la escuela, y de mi vida. Y desde ese entonces no sabía de él. Ni siquiera volví a ver a su amigo, Nick.

Un nudo se formó en mi garganta ante su recuerdo. No. No. No. Me negaba a aceptar lo que Hannah decía, lo que Ryan decía.

Hubo un tiempo en consideré la posibilidad, pero, luego de sus últimas palabras, todo lo que se hubiera formado en mi corazón se esfumó más rápido que un resfriado.

—Estúpido prueba—protesté en voz baja.

Ryan aparcó el auto junto a un auto azul. Fui la primera en bajarme del automóvil antes de que mi mejor amigo volviera a acorralarme con preguntas que no deseaba responder.

Él había me había que teníamos que hablar, pero eso solo significaba una cosa. Le agradecía por preocuparse por mí. Pero, yo estaba bien.

En los pasillos divisé a Ian. Intenté sonreír a su dirección pero él bajó la mirada, esquivándome.

Unos días después de la partida de Seth tuve que hablar con Ian seriamente. Si, quería a Ian, pero no de la forma que él esperaba que yo hiciera. Era guapo, lo admitía, aunque no podía forzar a mi corazón. No podía seguir mintiéndome.

Él como que no lo tomó de la mejor forma. Me odiaba.

Hannah decía que no. Que ya se le pasaría, incluso yo pensé que su actitud era un poco exagerada puesto que no sentía que yo le importara demasiado. Pensaba que simplemente quería a alguien para demostrarle su existencia a su familia, especialmente a su madre.

Desechando aquellos pensamientos, entré al salón de ciencias. Hannah no se encontraba y eso era raro en ella. Mi amiga solo faltaba si realmente se encontraba enferma y me avisaba.

Lo más probable es que se haya quedado dormida por estudiar tan tarde. Quizá yo hubiera hecho lo mismo.

Escuché un fuerte golpeteo de botas y sabía con certeza que el profesor había entrado.

—Al parecer su compañera la abandonado, señorita Johnson. Espero que haya estudiado sus pocos apuntes.

Apreté los labios, frunciéndolos a su dirección. Sin decir nada, me dejé caer en el asiento y esperé con impaciencia su prueba.

Una hora más tarde ya había explicado el tema y comenzó a repartir las pruebas.

Tomé una gran bocanada de aire y obligué a mi cerebro a procesar la información para contestar adecuadamente el examen.

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