Capítulo 11

133 9 0
                                    

El reloj que tenía en la muñeca me indicó que eran las cinco y cuarto de la tarde y tenía que bañarme. Hoy tenía una salida con Alexa, en realidad no éramos como novios formales, al menos no para mí; la quería, sí. ¿Amarla? De esa palabra todavía sigo buscando su significado. A pesar de ello, Alexa era una chica genial, algo caprichosa en su mayoría, pero genial.

Tardé menos de media hora en ducharme. Cuando salí del baño me enrollé una toalla alrededor de la cintura, caminando de regreso a mi cuarto me acordé el día en que Zoe accidentalmente me vió literalmente desnudo. Fue un día gracioso.

Ya en mi habitación elegí ponerme unos pantalones de mezclilla, una playera roja y los zapatos negros. Si Alexa esperaba verme con traje en su cumpleaños...bueno, que se quite esa idea.

Salí de la casa diez minutos después, me subí a mi automóvil y empecé a conducir a casa de Alexa. Era la primera vez en mucho tiempo que tenía de nuevo mi auto, lo había dejado con un viejo amigo, fue un regalo de mi padre...y yo quería cortar toda relación con él. Pero surgió la ocasión y tuve que usarlo.

Realmente no me alegraba ir. Podría haberme quedado en casa y hacerle alguna broma a Zoe, pero ni ella se encontraba. Ella había salido con su amiga y por lo que escuché, después ser iría con ese niño rico. Solo de pensar en Zoe saliendo con él...me hacía sentir incómodo. ¿Qué me pasaba?

Sacudiendo la cabeza expulsé cualquier pensamiento sobre Zoe y me concentré en la carretera.

Posiblemente en la fiesta me encontrara con el padre de Alexa. Llevaba casi un mes que no veía al señor Wells. Sonaba un poco raro, pero en todo el tiempo que conocía a Alexa nunca había ido a su casa o conocido al resto de su familia, como dije, no éramos "novios formales". Ella iba al club o yo la pasaba a buscar con sus amigos.

Aparqué en la dirección que decía su mensaje, había una fila de autos en la acera. Era una gran casa. Apagué el motor, salí del auto. Busqué entre los contactos el número de Alexa.

-¡Seth!-contestó al primer tono-¿Ya estás aquí?

-Recuerdo haberte dicho que te llamaría en cuando llegara-respondí con ironía.

-Espérame entonces-y colgó.

No transcurrieron más de cinco minutos y Alexa ya estaba junto a mí. Su cabello rubio estaba suelto y cayendo sobre sus pechos y espalda. Tenía puesto un vestido negro y tacones altos.

-Oh vaya-dije observándola-, luces muy bien.

-Eso siempre, querido.

-Siempre tan honesta-ella sonrió, luego se acercó depositando un beso en mis labios-. Feliz cumpleaños Alexa-le dije apartándola un poco-me temo que no te traje algo.

-Ya se te ocurrirá algo para regalarme-guiñó un ojo-. Vamos a entrar, todos están en el jardín de atrás.

Asentí y nos encaminamos a lo que ella llamaba su casa. Cuando entré solo ví trajes y vestidos carísimos. Y de alguna manera me sentí orgulloso de mi atuendo ya que todos se me quedaron viendo.

-Papá quiere verte-me dijo Alexa.

Alexa me guió pasando de las escaleras, nos detuvimos ante una gran puerta café. Ella golpeó una vez la puerta y la entreabrió.

-Pasa-dijo.

Fausto Wells estaba hablando por teléfono. Decía algo sobre unas construcciones en el centro de la ciudad.

-Cariño-le dijo a su hija cuando finalizó la llamada. Le dio un beso en la frente-. ¿Los invitados? ¿Y tu madre?

-Algunos en el comedor principal, la mayoría en el jardín al igual que mamá.

Fausto asintió y después me miró.

-Seth Taylor-saludó.

-Hola señor Wells-estreché su mano contra la mía.

-Deja las formalidades-se rió-. Me alegra que estés aquí, mi hija no dejaba de decir cuan emocionada estaba de presentarte a la familia.

Me encogí de hombros, forzando mi boca en una sonrisa fingida.

-¡Papá!-se quejó Alexa-. Obviamente Seth tenía que estar aquí-me acercó a ella, enganchando su mano alrededor de mi brazo-, mi novio tiene que estar en mi fiesta, como mi invitado de honor.

Volví a forzar mis labios pareciendo lo más natural posible cuando ella pronunciaba la palabra novio.

-Por supuesto-estuvo de acuerdo Fausto-y eso me alegra. Y espero que no tarden mucho para hacerlo formal-levantó una copa que estaba en el escritorio y la eleva como si estuviera brindando.

Maldiciendo para mis adentros intento no ser grosero con el padre de Alexa. Yo no quería algo formal con su hija...en realidad no me gustaba esa palabra.

-Bien, es mejor ir a la fiesta, los invitados deben estar preguntándose donde está la festejada-sonrió Fausto. Él salió primero y nosotros íbamos detrás.

-Alexa, ¿y tú hermano?-preguntó mientras caminábamos hacia el jardín.

-Ya ha regresado, fue por su novia-contestó ella.

Los tres nos acercamos hacia la que supongo es la señora Wells. Alexa me murmura algunas cosas que no logro comprender; mis ojos se encuentran con esa mirada familiar. Parece nerviosa, y de alguna manera me veo sonriéndole. Quizá podría divertirme en la fiesta después de todo.












EL INQUILINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora