Capítulo 19

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—Te adoro. Eres la mejor ¿lo sabías?

Hannah chilló y me estrechó contra su cuerpo. Me reí junto con ella demostrándole mi apoyo y cariño.

—Lo sé—le dije en cuanto nos separamos. Ambas nos sentamos en la cama de su cuarto—. Aunque sigo un poco dolida por tu desconfianza.

—Lo lamento—respondió Hannah—. Yo no estaba segura de que hacer, quiero decir, voy a tener al bebé, pero me encontraba...

La detuve, asintiendo. Sabía que estaba aterrorizaba. Ella tenía dieciocho pero nunca se imaginó tener un bebé antes de los veinte. Y seguía siendo una estudiante.

—Me alegra escuchar que quieres al bebé—señalé. Muy pocos padres quieren a sus hijos. Suspiré, regañándome al recordar mi infancia—. ¿Y el padre?

Hace más de una hora llegamos a su casa y ella me contó que se acostó con alguien en la fiesta de nuestra compañera de clase. No fue algo que tenía en mente pero había pasado. Y en todo ese lapso de tiempo no me revelaba la identidad del padre de mi futuro sobrino.

—Obvio lo quiero, Zoe. Él o ella no tiene la culpa de tener una madre un poco distraída—nos reímos ante eso—. En cuanto al papá...

Dos de sus dedos se enredaron alrededor de su cabello. Lucía nerviosa y eso me hizo arquear una ceja, intrigante.

Hannah se levantó de un brinco de la cama y se dirigió al tocador. Me incorporé, esperando la respuesta. Podría ser alguien conocido.

—Yo no puedo decírtelo—susurró.

Lentamente me enfrentó con los ojos acuosos y sus manos envueltas alrededor de su plano vientre. Me crucé de brazos, estudiándola. Su falta de confianza me lastimaba. Al igual lo hacía que Seth se hubiera enterado antes que yo.

— ¿Hay algo de malo en que lo digas?

Ella se quedó de nuevo muda y eso me frustraba más. Suspiró fuertemente antes de hablar—. Simplemente no quiero hablar de ello. Te prometo que te lo diré pronto, pero no ahora.

Asentí solo porque no quería molestarme con ella. Hannah necesitaba de su mejor amiga.

Durante el resto de la tarde vimos una película cómica y juro que mi estómago dolía de tanto reír. Hannah no tuvo nauseas durante la primera ronda de películas y le agradecía por ello a mi pequeño sobrino en camino, yo no era una gran fan de ver a alguien vomitando, ni siquiera podía pensarlo. En fin, la noche cayó y yo le hablé con mamá para avisar que le haría compañía a Hannah. Tuve que contarle la verdad, pero mi amiga no se molestó por ello. Para mi mamá Hannah era otra hija. Mi mamá era un amor a veces. Eso demostraba cuanto nos amaba a mí y Paul.

Para cuando me despedí de mi madre, los padres de Hannah llegaron.

Apreté la mano de mi amiga y le di una sonrisa. Insistí en acompañarla a la planta baja de su casa pero ella volvió a negar. Apretó la prueba contra su pecho, mantuvo la cara en alto y salió de la habitación.

Últimamente el profesor de biología ya no tiraba su mierda sobre mí. Quizá mi desempeño al estudiar todas las benditas horas que tenía libre estaba dando fruto. Le sonreí a mi ocho puesto que había sido la calificación más alta.

El profesor asintió y pude notar lo que podría significar una sonrisa.

Ya había pasado un mes después de que los padres de Hannah se enteraron que serían abuelos tan pronto, puedo decir que no estaban demasiado extasiados con la noticia al principio, sin embargo, la madre de Hannah lo comprendió luego de un día sin hablarle a su hija. Mi amiga había dado por sentado que la habían vetado de su casa, pero su madre la detuvo. El padre de Hannah por otro lado estuvo enojado una semana, no se sentía decepcionado, estaba más frustrado consigo mismo y preocupado por su hija, también parte de su enojo iba en contra del padre del bebé.

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