A las cuatro en punto de la tarde el auto de Ian había estacionado en la acera de mi casa. Llevaba pantalones oscuros, una playera blanca y un saco. Pensé que era demasiado formal para una simple salida de amigos. Caminé hasta llegar a él, su sonrisa... ¿era forzada? Me pareció extraño su gesto, pero entonces lo comprendí.
Detrás de él una pequeña niña asomaba la cabeza entre la ventana del vehículo. Mi boca formó una línea inexpresiva.
-¿Sorpresa?-se encogió de hombros a manera de disculpa.
Forcé mis labios a formar una sonrisa.
-Creí que seríamos sólo tú y yo-me limité a decir.
-Sharon...como que es adivina. Me sacó la verdad y...-se volvió a encoger de hombros.
-¡Vamos! ¡Se nos hace tarde!-nos gritó la pequeña Wells.
Ian se apartó dejándome entrar primero en el auto.
La señora Wells estaba dentro del auto igual.
Fantástico.
-Buenas tardes, señora Wells-saludé lo más cortés que pude.
Ella me miró, primero evaluó mi atuendo y por supuesto no era de su agrado mis jeans azules y mi blusón fiusha combinados con mis Converse.
Su hijo entró segundos después de mí. Se situó a lado mío.
Con indicación de la señora Wells el chofer encendió el auto llevándonos ahora sí a un lugar sorpresa (con la madre de Ian siempre era algo sorpresa).-Lo siento-murmuró Ian sólo para mí.
Lo miré ceñuda.
No me desagradaba la idea de su madre y su hermana menor acompañándonos. Bien, tal vez un 99.9%. Pero me molestaba el hecho de que Ian no me mandara un mensaje informándome.
-Dime querida, ¿cómo has estado? Me sorprendió saber que Ian saldría de nuevo contigo, hace mucho que no te veía.-dijo Sara Wells.
-También fue para mí una sorpresa-respondí.
En esos momentos recordé los treinta y cuatro mensajes de Hannah pidiéndome que reconsiderara ir a Paradise.
Pude hacerle caso, y ahora mismo podría esperar que salieran unos chicos calientes a bailar...
¿Chicos calientes? O... ¿uno en específico?
¡No pienses en ello Zoe!
Pero resultaba inútil no pensar en Seth apunto de besarme. La manera en que me sentí era diferente.
Me sentía como la Bella Durmiente o Blanca Nieves anhelando el beso que rompería su sueño profundo.
Son ñoñerías, déjalo ya.-Me dije mentalmente.
Todo había ocurrido si Hannah no hubiera aparecido en el cuarto. Estaba confusa; ¿debía sentirme feliz porque Hannah interrumpiera aquello o frustrada por que Seth no lo haya hecho?
-¿Zoe?-la voz de Sara rompió el hilo de mis pensamientos-. Puede que Ian no lo haya mencionado, pero su hermana mayor cumplirá veintiuno la siguiente semana y sería agradable que la novia de su hermano menor asista.
Retroceda el disco... ¡¿Qué?! ¿Había dicho qué? ¿Novia de Ian?
-Quizá esté ocupada esa semana, se acerca los exámenes semestrales-respondí con la mandíbula apretada.
Miré de reojo a Ian fulminándolo con mis ojos chocolates.
Se suponía que ésta era una salida entre un chico y una chica; pero resultó un desastre. Y yo...asesinaría a Ian.
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EL INQUILINO
Teen FictionSiempre consideré que tener a un completo desconocido en mi casa no sería buena idea. Y estaba en lo cierto cuando Seth Taylor apareció. Quizá convenció a todos con su arrogante sonrisa de modelo...pero a mi no. Seth esconde algo y lo voy a averigua...